Ingo Hasselbach abandonó sus creencias neonazis y quiere ayudar a otros jóvenes a hacer lo mismo.
Se unió a un antiguo detective policial -quien le había detenido una vez- para fundar Exit Deutschland con el objetivo de rehabilitar a otros neonazis.
Hasselbach se unió al movimiento neonazi en la República Democrática Alemana, en el año 1986 o 1987, estando en prisión. En 1993 lo abandonó porque se sentía en peligro.
Los extremistas deben contactar con Exit para pedir asistencia, y exnazis como Hasselbach les ayudan a ganar confianza y a reconstruir sus vidas y sus creencias.