Un equipo de fútbol amateur en México quiso despedir de la mejor manera a uno de sus futbolistas que había fallecido recientemente: pusieron su féretro al lado del arco e hicieron rebotar el balón en él para que convirtiera su último tanto en esa cancha, con la camiseta que defendía en vida, la del Club Deportivo Llamas. Tras anotar el gol, los futbolistas corrieron a abrazar el ataúd de su amigo, mientras eran vitoreados por los hinchas.