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Una cumbre con poca altura

Los días 12 y 13 próximos, los jefes de Estado americanos se reunirán en la ciudad mexicana para intentar un nuevo paso para la constitución del ALCA luego de la movida brasileña en Miami, los acuerdos entre el Mercosur y la CAN y el TLC entre Estados Unidos y Centroamérica.


Sólo la mesura y la prudencia diplomáticas impiden considerar que la reunión ministerial americana de Miami en noviembre pasado fue un fracaso. Allí la propuesta de un área de libre comercio continental al modo estadounidense se planteó inviable; la declaración aprobada por los ministros sólo dio paso a un acuerdo comercial mínimo y quedó para cumplirse en mejor oportunidad lo establecido en 1998 en Costa Rica y Santiago –Cumbres ministerial y presidencial, respectivamente- respecto de un compromiso único -single undertaking en la jerga- y otros asuntos.



Lo que signifique, en el terreno económico y dentro del juego de influencias que se ejercen sobre la región, esta agonía del ALCA está por verse en el futuro inmediato -probablemente la Cumbre de Monterrey aclare el panorama de cuánto ello contrarió a EEUU-. De lo que no caben dudas es que la decisión argentino-brasileña de desmontar hasta que aclare» ganó los puntos en juego en la reunión de Miami. Por ahora la dirección apunta a un acuerdo «light», que es precisamente lo que promueven los Estados del MERCOSUR.



La cita de Monterrey



Entre el 12 y 13 de enero tendrá lugar en Monterrey, la ciudad industrial mexicana de Nueva León, la Cumbre Especial y Extraordinaria de las Américas. Allí los presidentes y otros jefes de Estado de los 34 países miembros de la OEA, discutirán una agenda cuyos puntos sobresalientes serán: crecimiento económico con equidad, financiamiento para el desarrollo, asuntos vinculados con la migración interregional, desarrollo Social y la gobernabilidad democrática. Se descarta que el tema terrorismo internacional no ocupe el interés de los estadistas, siendo como es el motor de la nueva política internacional diseñada por EEUU.



Si bien Cuba estará ausente al continuar marginada de los foros e iniciativas interamericanas que interesan a la mayor economía del continente desde 1962, los países del área centroamericana y El Caribe llevarán una propuesta a la Cumbre, que será presentada por la viceministra de Relaciones Exteriore panameña, Nivia Rossana Castrellón, según el mandato de la reunión presidencial centroamericana efectuada en Belice en diciembre. Este documento contiene la opinión de esos países en cuestiones como la lucha contra la pobreza, el desarrollo social y la gobernabilidad de las democracias.



Si las últimas acciones de Brasil en representación del MERCOSUR en el plano internacional -como el viaje del presidente Lula a los países musulmanes de la cuenca del golfo arábigo- han marcado o no cierta impaciencia de Washington se descubrirá en los encuentros y conversaciones extraoficiales de los gobernantes y sus asesores.



No es un secreto que la Casa Blanca debió conformarse con lo aprobado en Miami y que no todo está dicho entre Brasil y EEUU. En este sentido Monterrey pondrá a prueba la capacidad de Bush para aceptar o no con realismo político y respeto a las autodeterminaciones nacionales la influencia que el MERCOSUR parece desplegar en América del Sur de acuerdo a una concepción de construir alianzas para negociar con firmeza y no buscar enfrentamiento inconvenientes para ambas partes.



Ultraseguridad y equipos especiales



Se espera que el presidente norteamericano abogue una vez más por acelerar la constitución del área de libre comercio; para ello sin duda ofertará iniciar conversaciones bilaterales con los países latinoamericanos -Colombia por ejemplo- mientras que el venezolano Hugo Chávez y algunos otros replantearán la asimetría básica implícita en ese tipo de negociación, considerando la enorme diferencia entre las partes. Políticamente Bush defenderá la integración rápida como conveniente para las economías regionales y un reaseguro de la democracia y la lucha coordinada contra el terrorismo.



Luego de los acuerdos y unidad de intenciones alcanzada en la reunión de diciembre en Montevideo entre el MERCOSUR y la Comunidad Andina de Naciones, los geoestrategas del mercado común del sur -encabezados por argentinos y brasileños- mantendrán la calma esperando que no se altere lo alcanzado en Miami, que al menos por ahora sirve, aunque precariamente, de escudo a sus economías ante la estadounidense. Al revés de lo que ocurre en Chile, los procesos industriales, el desarrollo de la aeronáutica y de la industria químico-farmacológica y electrónica del MERCOSUR compiten con las norteamericanas. El MERCOSUR insistirá en el fin de los subsidios agrícolas y del movimiento de capitales especulativos en la región.



México implementa un vasto plan de seguridad en Monterrey para los días de la Cumbre, que consulta en especial la protección de Bus y de Uribe, su aliado más firme -al menos por ahora- en la lucha contra el terrorismo internacional. EEUU han dispuesto en los últimos años gastos que, sumados a los créditos en efectivo, suponen a inversión más cuantiosa del fisco estadounidense en el exterior, con la sola excepción de la ayuda otorgada a Israel.



El presidente Bush, en todo caso, llegará a la reunión con un equipo de hombres, mujeres y tecnología de seguridad propia.




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