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Felipe Castro: «No soy ningún mecenas, mi trabajo es inversión en cultura»

Uno de los ideólogos de la Productora Fiebre, que dio vida a la obra coreográfica, habla de la acogida del público a una historia sobre sublevación femenina ante el abuso de poder, de cómo esto ha influenciado en él como actor y gestor cultural, además de lo que se viene a futuro con su proyecto »Libres, Teatro del Bicentenario».


Catorce mil personas han visto, desde su debut el 18 de mayo, la obra coreográfica y coral "Fuenteovejuna" -escrita por Lope de Vega en 1612-, en una versión postmoderna, según las ideas de la productora Fiebre y la dirección teatral de Andrés Céspedes, uno de los más talentosos del último tiempo.



Nadie ha quedado indiferente en estos meses de invierno al montaje que se despide a finales de agosto de la calefaccionada sala del Centro Cultural Matucana 100. Más de alguien ha comentado por la treintena de actores en escena simultánea (algunos reconocidos de teleseries y con "oreja" para el canto); otros alucinan con la dúctil estenografía que sugiere ambientes bucólicos y de batalla; y unos cuantos se detienen en el trabajo musical de Luis Castro, quien compuso el espectáculo con lírica propia y del autor español.



Esto es parte de la apuesta de Fiebre Producciones, a través de su proyecto "Libres, Teatro del Bicentenario", que consideró a "Fuenteovejuna" el punto de partida de una trilogía artística, que incluye un texto latinoamericano y otro chileno para el 2008 y 2009, respectivamente.



Antes de aquello, Felipe Castro -que interpreta al Gran Inquisidor en la obra más costosa de la temporada 2007- realiza un balance con El Mostrador.cl sobre su actual "hijo" en cartelera y lo que se viene a futuro.



-¿Fue difícil trabajar con un elenco tan numeroso y con agenda apretada, por compromisos televisivos?
-¡Lejos lo más difícil de la producción fue conseguir la cohesión en el equipo! Que fuera flexible, reemplazable un actor con otro, con disposición para moverse a provincia, con cambios de escenario, tres funciones en el día. La gracia de Fuenteovejuna fue ser capaz de moldearse hasta el extremo donde cada integrante fue capaz de saltar de un personaje a otro. El mejor ejemplo es el de Daniela Llhorente, que debió interpretar desde finales de julio el papel de Laurencia, que lo hacía increíble Patty López actuando y cantando.



-A propósito de la música, la incorporación coral y coreográfica, ¿aportó o complicó al montaje?
-Todo lo que tiene que ver con la música cantada y coreografía, sin duda, aportó, ya que en el escenario hay actores que cantan y actores que bailan, no hay cantantes ni bailarines. Nosotros aportamos con la experiencia de la conmoción, de la pasión al interpretar. Fue un aporte del músico Luis Castro, quien ha hecho mucho teatro, y sabe crear música para actuar, lo cual nos ayudó en la introducción de cada personaje.



-¿Cómo vieron que el público recibió la trama de la obra, sobre el abuso de poder y el pueblo que subleva
-El público quedó fascinado por la fuerza del montaje, pero no por la imagen del tirano, el innombrable y patético, ni por los viejos militares que huyen de la justicia. Lo que remece a la gente es el tema de las mujeres que proponen la revuelta, esta salida de madre, eso tuvo sentido en el público. Te cuento que vino un día a ver la obra Cristián Campos, que ahora está en Estados Unidos (agregado cultural en Washington), y no podía creer la fuerza del género femenino, representada en Laurencia, es la matriz que impulsa la justicia.



-Una especie de catarsis de la gente, tal vez, de la indiferencia diaria…
-El día a día es de una rutina que te inmoviliza. Se requiere un día de furia, sacudirse de la aldea global, que es aburridísima. Esa sensación de gritar, de no estar de acuerdo con algo, es tan profunda. Porque estamos transformándonos en una sociedad que no reacciona con nada: los gobiernos pasan, todo el mundo se roba la plata, la silicona invade todo.



Otro tema que invade también es el valor del dinero. ¿Esperas recuperar la alta inversión o es parte del gasto en cultura sin retorno financiero?
-Te voy a dar las cifras pues se ha especulado tanto. El montaje cuesta 38 millones de pesos y el proyecto vale cerca de 100 millones, si desglosas que cada mes se requieren 13 millones y ya llevamos casi cuatro meses, es decir, el proyecto Fuenteovejuna cuesta más de 90 millones. Aclaro: ¡No soy ningún mecenas! No trabajo por amor al arte. Como todos, trabajo para ganarme mi plata, mantener a mis hijos, tener un auto, casa. Como actor, estoy haciendo un negocio, mi trabajo es inversión en cultura, con retorno, es decir invierto 40 y quiero 80 de vuelta.



¿Qué sigue para "Fuenteovejuna" y el proyecto del Bicentenario?
-Con la obra, creo que estaremos en Matucana 100 hasta fines de agosto, a lo más hasta las dos primeras semanas de septiembre, pues el Dieciocho es para otros festejos. Luego, seguiremos en otro circuitos comerciales y populares. Estamos en plena negociación de ello. Esta obra nos ha dado muchas alegrías, y esperamos lo mismo con el resto de la trilogía Libres, Teatro del Bicentenario, con un texto mexicano que no tiene nombre, para el 2008, está casi pariendo, con música de rancheras, al estilo de un gran espectáculo, esperando repetir el elenco. Y para el 2009, un obra chilena que espera un concurso de dramaturgia.



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