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Papa: escándalo de sacerdotes pederastas fue «pésimamente gestionado»

El Papa instó a los miembros de la Iglesia «a reconocer y afrontar el problema de los abusos sexuales en el contexto eclesial», para ofrecer una orientación a los demás, «ya que esta plaga se encuentra también en cada sector de la sociedad».


El Papa Benedicto XVI admitió este miércoles que el escándalo de los sacerdotes pederastas fue «pésimamente gestionado», durante su discurso a los obispos estadounidenses en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington.



Ante los cerca 400 obispos estadounidenses, que forman una de las más numerosas conferencias episcopales del mundo, el pontífice reiteró su «profunda vergüenza» por los casos de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes de la Iglesia católica de EE.UU.



Aunque la respuesta a los escándalos «no fue fácil», estuvo «pésimamente gestionada», añadió citando las palabras del presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, cardenal Francis George.



En el discurso de bienvenida al obispo de Roma, el mismo George reconoció el «terrible pecado» de los abusos sexuales sobre menores por parte de algunos curas, y reiteró que «la mala gestión» ha producido serias consecuencias.



El Papa instó a los miembros de la Iglesia «a reconocer y afrontar el problema de los abusos sexuales en el contexto eclesial», para ofrecer una orientación a los demás, «ya que esta plaga se encuentra también en cada sector de la sociedad».



Asimismo, mostró su apoyo a todos los que «tratan de erradicar este mal, dondequiera que suceda».



Para Joseph Ratzinger, los obispos ahora tienen que «dar prioridad a las expresiones de compasión y apoyo a las víctimas».



Ahora la responsabilidad de la Iglesia católica es «cerrar las heridas causadas por cada violación de la confianza, favorecer la curación, promover la reconciliación y acercase con afectuosa preocupación a cuantos han sido tan seriamente dañados», apuntó.
El Papa pidió a la Iglesia estadounidense promover «un ambiente seguro que ofrezca mayor protección a los jóvenes», una vez que «han podido adoptar medidas de recuperación y disciplinarias más adecuadas».



Pero para que estos resultados «alcancen su pleno objetivo», Benedicto XVI explicó que «los niños tienen que crecer con una sana comprensión de la sexualidad y de su justo papel en las relaciones humanas».



A los niños se les tiene que evitar «las manifestaciones degradantes y la vulgar manipulación de la sexualidad hoy tan preponderante», añadió.



Denunció entonces que la tarea de la protección de los niños es difícil cuando «en tantas casas se pueden ver pornografía y violencia, a través de los medios de comunicación ampliamente disponibles».



Por ello, llamó a «reafirmar con urgencia los valores que sostienen la sociedad, a fin de ofrecer a jóvenes y adultos una sólida formación moral».



Una formación, dijo Ratzinger, de la que no solo se tienen que ocupar los padres, religiosos y catequistas, sino también «la información y la industria del ocio».



Según el obispo de Roma, también muchos sacerdotes necesitan ayuda, pues tras los casos de pederastia «han experimentado vergüenza».



Además, «han perdido parte de aquella confianza que tenían una vez», señaló Benedicto XVI, quien reconoció que escándalo ha producido tensiones entre «sacerdotes y obispos».



EFE

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