El mandatario ecuatoriano «confirma su voluntad y decisión de reanudar, de manera inmediata, las relaciones diplomáticas a nivel de encargados de negocios con el Gobierno de Colombia», indicó la canciller sin emitir más comentarios pese a los requerimientos de los periodistas.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, confirmó este viernes su voluntad de reanudar de manera inmediata las relaciones diplomáticas con Colombia a nivel de encargados de negocios, señaló la ministra de Relaciones Exteriores, María Isabel Salvador.
La ministra hizo el anuncio en una escueta declaración en nombre del jefe de Estado que leyó ante los periodistas en la Cancillería en Quito.
Salvador dijo que la decisión de Correa se adoptó ante la solicitud hecha por el ex presidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz Jimmy Carter, que dirige el Centro que lleva su nombre y que ha mediado en la crisis diplomática entre Quito y Bogotá.
Correa «confirma su voluntad y decisión de reanudar, de manera inmediata, las relaciones diplomáticas a nivel de encargados de negocios con el Gobierno de Colombia», indicó la canciller sin emitir más comentarios pese a los requerimientos de los periodistas.
La titular de la diplomacia ecuatoriana dijo que el presidente ha dado ya las instrucciones a la Cancillería para «proceder inmediatamente con esta medida».
Quito rompió sus relaciones diplomáticas con Bogotá el pasado 3 de marzo, dos días después de que militares colombianos cruzaran la frontera en un operativo contra un campamento que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían instalado en territorio ecuatoriano
En esa acción murieron 26 personas, entre ellas el número dos y portavoz internacional de las FARC, alias «Raúl Reyes».
Desde Washington se informó hoy de que los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de Ecuador habían accedido, a propuesta de Carter, a reanudar las relaciones diplomáticas «sin precondiciones».
Carter ha coordinado acciones con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, en su gestión de buenos oficios para resolver la crisis diplomática.
EFE
