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Cuba: fin del salario comunista

La medida busca transformar la economía cubana hacia un modelo más descentralizado que eleve la productividad económica de la agricultura con el fin de bajar los precios de los alimentos y aumentar así el poder adquisitivo del salario de los trabajadores. Y se da en momentos en que la Unión Europea estudia elevar las sanciones impuestas en contra de la isla. Redacción BBC Mundo


El gobierno cubano anunció que pondrá fin al igualitarismo salarial en la isla y, en cambio, lanzará un sistema de pago para todos los trabajadores con base en la productividad.



Según la medida, anunciada en un artículo del diario oficialista Granma, las empresas de la isla tienen tiempo hasta agosto para ajustar un sistema de pagos según el rendimiento de cada trabajador, suspendiendo así los límites salariales.



El nuevo sistema de pagos fue explicado en el artículo por Carlos Mateu Pereira, viceministro de Trabajo y Seguridad Social de la isla.



La medida es interpretada como parte del proceso de reformas económicas que ha impulsado el nuevo presidente de la isla, Raúl Castro, desde que tomó el poder luego de que su hermano Fidel se retiró por razones de salud.



Desde agosto, factores como la cantidad producida o la calidad del servicio que provee cada empleado serán tomados en cuenta para decidir el salario de esa persona.



«Mejores resultados»



En el artículo de Granma, se le atribuye a Mateu Pereira haber dicho que «ha existido una tendencia a que todo el mundo reciba lo mismo y ese igualitarismo no es conveniente».



El impacto de esta medida se puede medir si, como indica Michael Voss, corresponsal de la BBC en Cuba, se recuerda que producir una sociedad igualitaria era uno de los motores de la revolución de Fidel Castro y, por 50 años, esto significó que todos -desde médicos hasta campesinos- recibían más o menos el mismo salario.



Según Mateu Pereira, la medida debe ser vista como «una herramienta que ayude a obtener mejores resultados productivos y de servicios» y para evitar lo que llamó el «paternalismo» del sistema actual.



El mismo Raúl Castro ha admitido que es necesario aumentar la productividad de la isla para poder aumentar los salarios.



Mateu Pereira agrega que este nuevo sistema hará que se cumpla «el principio socialista de distribución, donde cada cual reciba en correspondencia con su aporte, es decir, el pago por la cantidad y la calidad».



En la práctica -señala Emilio San Pedro, analista de la BBC- significa que la mayoría de los trabajadores cubanos, que en promedio devengan US$20 al mes, podrían ganar bonos de 5% o más por buen desempeño.

Según Voss, los gerentes pueden ganar hasta un incremento del 30% si su equipo aumenta la producción.
Precedentes



Un sistema de este tipo ya es aplicado en las Fuerzas Armadas del país, que estuvieron al comando de Raúl Castro desde la revolución, en 1959.



El gobierno cubano es el principal empleador de la isla y se estima que controla el 90% de la economía del país.

Las reformas impulsadas por Raúl Castro han llevado a muchos a hablar de una «apertura» de la isla.



Algunas de ellas -como el permiso para que los cubanos puedan alojarse en los hoteles de la isla y el levantamiento de la prohibición de la venta de teléfonos celulares- buscan, según el gobierno, mejorar la calidad de vida de la isla.



También se han llevado a cabo reformas más profundas, como el inicio de una descentralización de la agricultura.



Aunque algunas de estas medidas han sido calificadas como «cosméticas» por críticos del gobierno cubano, para Michael Voss la nueva medida es realmente un reto más grande a la ortodoxia económica marxista.



Según Emilio San Pedro, algo importante a tener en cuenta con esta medida es la señal que envía tanto a nivel interno como externo: la Cuba de Raúl Castro -considerado un pragmático- será muy diferente de la Cuba que por casi 50 años condujo su hermano Fidel, un idealista.



Levantamiento de sanciones



Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea decidirán el 16 de junio si levantan definitivamente las sanciones impuestas a la isla en 2003, lo que permitiría reabrir el diálogo político con La Habana, aprovechando el actual momento de Cuba, con un Gobierno de Raúl Castro que ha alentado expectativas de cambio.



El hecho de que exista un nuevo Gobierno en la isla que ha iniciado "una dinámica real de cambios", descrita por los jefes de misión de la UE, y el efecto "Obama" que posibilita que Washington dé pasos de acercamiento a Cuba, en caso de que el candidato demócrata llegue al sillón presidencial, favorecen los que apuestan por la "normalización".



Países favorables al acercamiento sostienen que mantener bloqueadas las relaciones no conduce a nada, mientras que es precisamente el diálogo lo que más puede contribuir al cambio y al mejoramiento de la situación de las libertades políticas en la isla.



Si bien países como Suecia y República Checa se resisten, la mayoría se muestran cercanos al acercamiento a Cuba.

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