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Enviados del Dalai Lama acusan a China de falta de compromiso

Desde 2002, Pekín ha mantenido siete rondas de conversaciones con emisarios tibetanos que han finalizado sin avances significativos.


Los enviados del Dalai Lama, Lody Gyari y Kelsang Gyaltsen, acusaron este sábado a los representantes del Gobierno chino de carecer de un «compromiso serio y sincero» durante la séptima ronda de conversaciones desarrollada esta semana.



«En el curso de nuestras discusiones nos vimos obligados a trasladar a nuestros interlocutores que, en ausencia de un compromiso serio y sincero por su parte, la continuidad del presente proceso de diálogo no será útil», dijeron Gyari y Gyaltsen en un comunicado.



Los representantes del líder espiritual tibetano se reunieron esta semana en Pekín con funcionarios chinos encabezados por Du Qingling, director del Frente del Trabajo Unido del Partido Comunista, en el marco de la séptima ronda de conversaciones del proceso de diálogo iniciado en 2002.



Según la nota, los representantes chinos consideran que las conversaciones han sido productivas y consideran que «un asunto de gran complejidad que se remonta a medio siglo atrás no se puede resolver en cuestión de años».



Ambas partes han acordado reanudar las conversaciones el próximo mes de octubre y discutieron algunos de los puntos básicos que estarán en la agenda de ese diálogo.



Asimismo, Gyaltsen y Gyari dijeron al Gobierno chino que la cuestión a debatir es el bienestar del pueblo tibetano y no el estatus personal del Dalai Lama o el de los exiliados.



Durante las conversaciones, el Gobierno chino pidió al Dalai Lama que se comprometiera a no apoyar ninguna actividad que enturbiara los Juegos Olímpicos ni acciones criminales.



«Planteamos en los términos más contundentes posibles que no es necesario instarnos a esa cuestión (rechazar la violencia), ya que Su Santidad y el movimiento tibetano son universalmente conocidos y apreciados por su oposición a esos actos», agregó la nota.



El pasado 10 de marzo, monjes tibetanos secundados por la población civil protagonizaron protestas tanto en Lhasa, la capital de la Región Autónoma del Tíbet, como en las provincias de Sichuan, Gansu y Qinghai para recordar el aniversario de la fracasada rebelión de 1959 que costó el exilio del Dalai Lama, acogido en la India.



Las protestas desembocaron en unos disturbios en los que, según el Gobierno chino, murieron unos veinte civiles, mientras el tibetano en el exilio denunció 203 muertos.



Desde 2002, Pekín ha mantenido siete rondas de conversaciones con emisarios tibetanos que han finalizado sin avances significativos.



EFE

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