Los cadáveres de Mansilla y Rabago fueron encontrados a unos 60 kilómetros de Buenos Aires y, según revelaron las autopsias, fueron asesinados con un objeto similar a un hacha o un machete.
La policía de Argentina halló este sábado los cadáveres de los dos hijos de un matrimonio que el pasado martes fue encontrado asesinado a hachazos al costado de una autovía de las afueras de Buenos Aires.
Los cuerpos de Agustín, de 11 años, y de Milagros, de 8, también fueron encontrados al costado de la misma autovía, a la altura de la ciudad bonaerense de Campana, luego de que uno de los detenidos por el crimen de sus padres confesara que los pequeños estaban muertos, informaron fuentes policiales.
Los cadáveres de los niños, encontrados en una zona cercana a donde habían sido hallados sus padres, estaban atados, cubiertos con trapos y piedras, y los investigadores creen que fueron asesinados a golpes en la cabeza.
Cristian Fernández, uno de los tres sospechosos de estar involucrados en el crimen, declaró este viernes ante la policía que había escuchado que a Agustín y Milagros los mataron por «bronca personal».
El fiscal que investiga el caso, Marcelo Pernici, reconoció días atrás que el homicidio «tiene todo el aspecto» de una venganza mafiosa y fue cometido por «alguna banda que tenía cuestiones con esta gente».
Los hijos de la pareja habían sido vistos por última vez hace unos diez días y el automóvil de la familia fue hallado quemado el miércoles en la periferia de la capital argentina.
El fiscal indicó que la pareja -integrada por Marcelo Mansilla, de 41 años, y Sandra Alicia Rabago, de 37- «no gozaba de muy buen concepto en la zona por cuestiones vecinales».
«No se descarta ninguna hipótesis, pero la económica es la primera que se maneja», manifestó Pernici.
Los cadáveres de Mansilla y Rabago fueron encontrados a unos 60 kilómetros de Buenos Aires y, según revelaron las autopsias, fueron asesinados con un objeto similar a un hacha o un machete.
EFE
