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Concluye inspección de los Legionarios de Cristo ordenada por el Papa

La decisión de Benedicto XVI fue un duro golpe para esta congregación, que vieron como su fundador, Marcial Maciel, que gozó del afecto del papa Juan Pablo II, caía en desgracia.


La primera fase de la inspección de los Legionarios de Cristo, ordenada por el Papa, concluyó y los cinco obispos que la han realizado enviarán sus informe a la Santa Sede para que Benedicto XVI adopte las medidas que considere «necesarias y oportunas», informó la congregación.

La inspección comenzó el 15 de julio de pasado año y en estos ocho meses los prelados Ricardo Watty Urquidi, de Tepic (México); Ricardo Blázquez Pérez, de Bilbao (España), recién nombrado arzobispo de Valladolid; Ricardo Ezzati Andrello, de Concepción (Chile); Charles Joseph Chaput, de Denver (EEUU),y Giuseppe Versaldi, de Alessandria (Italia) han inspeccionado 120 comunidades de los legionarios.

Watty Urquidi ha inspeccionado los centros de México y Centroamérica; Chaput los de Estados Unidos y Canadá; Versaldi los de Italia, Israel, Corea y Filipinas; Ezzati Andrello los de Suramérica y Ricardo Blázquez Pérez los de Europa, con la excepción de Italia.

Una vez concluida esta primera fase, los obispos presentarán sus informes al Vaticano.

Según la Legión de Cristo, teniendo en cuenta las numerosas entrevistas efectuadas y que se trata de cinco informes individuales y en diferentes idiomas, aún harán falta varios meses para acabar de redactarlos y enviarlos a la Santa Sede.

Después le tocará a Benedicto XVI dar las indicaciones «que considere oportunas y necesarias», precisó la Legión de Cristo, que recordó que recientemente el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, dijo que los tiempos «no serán breves».

La inspección, «visita apostólica», en el argot de la Iglesia, fue ordenada por el Papa en marzo de 2009, poco después de que los Legionarios de Cristo confirmaran que su fundador, el fallecido sacerdote mexicano Marcial Maciel (1920-2008) tuvo una amante con la que concibió una hija.

Recientemente dos mexicanos afirmaron ser también hijos de Maciel y le acusaron del haber abusado de ellos durante varios años y de mentirle sobre su verdadera identidad.

El 19 de mayo de 2006, tras numerosas investigaciones por parte de la Santa Sede, Benedicto XVI castigó a Maciel por abusos sexuales durante décadas contra seminaristas y le exigió que renunciara «a todo ministerio público» de su actividad sacerdotal y llevara una vida retirada de rezos y penitencias».

La decisión de Benedicto XVI fue un duro golpe para los Legionarios, que vieron como su fundador, que gozó del afecto del papa Juan Pablo II, caía en desgracia.

Con ese castigo, Benedicto XVI subrayó la línea de «tolerancia cero» adoptada para casos de ese tipo y otros contrarios a la moral de la Iglesia.

En estos meses los prelados, según fuentes vaticanas, han investigado «con lupa» los centros de los Legionarios, han analizado el sistema formativo y de funcionamiento de la congregación y han entrevistado a muchos legionarios para ver cómo se encuentran psicológicamente tras los escándalos del fundador.

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