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Aviones de EE.UU. lanzan 40 bombas contra gran base aérea libia

A pesar de los ataques de las fuerzas aliadas, respaldadas por la resolución 1973 aprobada el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU, el jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el almirante Mike Mullen, reconoció que la operación contra Libia «Odisea del amanecer» puede concluir sin que el líder libio Muamar el Gadafi abandone el poder.


Tres bombarderos B-2 estadounidenses lanzaron 40 bombas contra una gran base aérea libia como parte de la operación militar aliada «Odisea del amanecer» que comenzó el sábado, informó este domingo la cadena de televisión CBS en su página web.

La cadena no ofrece más detalles de ese ataque y por el momento no hay confirmación oficial del bombardeo.

EE.UU. dijo hoy que la zona de exclusión aérea que impone la resolución 1973 aprobada el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU está ya en vigor.

Aviones de combate franceses fueron los primeros en atacar Libia el sábado y se concentraron en destruir tanques y vehículos blindados en Bengasi, al este del país.

Horas después buques y submarinos británicos y estadounidenses lanzaron más de 110 misiles de crucero Tomahawk contra los sistemas de defensa antiaérea libios y alcanzaron más de 20 objetivos.

El líder libio Muamar el Gadafi equiparó la operación con un acto terrorista y presagió que la derrota de Occidente es inevitable.

«No dejaremos nuestra tierra y la liberaremos», declaró en un discurso por televisión estatal. «Permaneceremos vivos y ustedes morirán «, añadió.

Washington reconoce que operación puede concluir con Gadafi en el poder

En tanto, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el almirante Mike Mullen, reconoció que la operación aliada contra Libia «Odisea del amanecer» puede concluir sin que el líder libio Muamar el Gadafi abandone el poder.

«Ese es ciertamente, potencialmente, un posible resultado», dijo hoy Mullen en declaraciones a la cadena de televisión NBC.

«Con el tiempo, claramente, el coronel Gadafi tendrá que tomar algunas decisiones. Tendrá que hacer algunas elecciones sobre su propio futuro», añadió Mullen sin dar más detalles.

Pese al incierto futuro de Gadafi el responsable militar estadounidense dejó claro que la fase inicial de la operación aliada contra el país norteafricano ha mermado ya las posiciones del régimen libio.

Mullen destacó, en ese sentido, en distintas entrevistas televisivas el éxito de las fuerzas aliadas a la hora de establecer la zona de exclusión aérea que impone la resolución 1973 aprobada el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Añadió, además, que las tropas leales a Gadafi «ya no están marchando sobre Bengasi», después de que las fuerzas aliadas establecieran patrullas de combate aéreo sobre el bastión de los rebeldes.

El jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense subrayó que el objetivo ahora será ampliar esas patrullas de combate hacia Trípoli e impedir así que las fuerzas de Gadafi sigan atacando a civiles inocentes.

«Ahora trataremos de cortar sus líneas logísticas», explicó el almirante, quien dijo que Gadafi tiene sus fuerzas bien desplegadas desde Trípoli hasta Bengasi.

Explicó que al haber destruido la mayor parte de las defensas antiaéreas de Gadafi y sus aeródromos, los aliados tienen ahora margen de maniobra para atacar otros frentes como el sistema de comunicaciones del régimen de Gadafi.

Recordó, en línea con lo señalado ayer por el Pentágono, que la de este sábado es la primera fase de una operación «multifase» en una campaña «muy compleja».

Aseguró, en declaraciones a la cadena de televisión CNN que lo que permitiría que EE.UU. y sus aliados detengan sus ataques sería que Gadafi retire sus tropas, que deje de atacar a su población y que no interfiera «en modo alguno» con la entrega de ayuda humanitaria necesaria en estos momentos.

Aviones de combate franceses fueron los primeros en atacar Libia el sábado y se concentraron en destruir tanques y vehículos blindados en Bengasi, en el este del país.

Horas después buques y submarinos británicos y estadounidenses lanzaron más de 110 misiles de crucero Tomahawk contra los sistemas de defensa antiaérea libios y alcanzaron más de 20 objetivos.

El líder libio equiparó la operación con un acto terrorista y presagió que la derrota de Occidente es inevitable.

«No dejaremos nuestra tierra y la liberaremos», declaró en un discurso por televisión estatal. «Permaneceremos vivos y ustedes morirán», añadió.

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