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La ola de protestas de los «indignados» marca en España la jornada electoral

Los congregados en la céntrica Puerta del Sol de Madrid, que protagonizan la movilización más numerosa, decidieron continuar la movilización al menos una semana, hasta el próximo domingo, para articular mejor el movimiento.


Miles de ciudadanos «indignados», mayoritariamente jóvenes, mantienen este domingo las concentraciones de protesta en plazas de toda España en una jornada en la que los españoles votan para elegir a sus representantes municipales y los parlamentos de trece comunidades autónomas.

Los congregados en la céntrica Puerta del Sol de Madrid, que protagonizan la protesta más numerosa, decidieron continuar la movilización al menos una semana, hasta el próximo domingo, para articular mejor el movimiento.

Mientras en los colegios electorales se vive una jornada de votación, los descontentos del llamado «Movimiento 15-M» mantienen las concentraciones a favor de una «democracia real» y un cambio del sistema económico que consideran que ha conducido a la grave crisis que sufre el país.

Las concentraciones se mantuvieron en todo el territorio nacional, pese a que la Junta Electoral Central (JEC) declaró ilegales esas manifestaciones durante el fin de semana por su posible influencia en las elecciones.

Entre los descontentos, la jornada electoral se desarrolló con el mismo tono del día de reflexión del sábado, ya que se sucedieron actos lúdicos y debates, pero sin consignas políticas ni incidentes.

Está por ver si la ola de protestas que recorre España desde hace una semana tendrá efectos en el resultado que arrojen las urnas.

Aunque el movimiento incluye plataformas ciudadanas muy heterogéneas y huye de las etiquetas políticas, en vísperas de las elecciones algunos de los promotores instaron a no votar, votar en blanco o hacerlo por los partidos minoritarios.

Coincidieron en recomendar no votar a los dos principales partidos del país, el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el opositor Partido Popular (PP, centroderecha), a los que culpan en gran parte de la situación.

Los congregados en la Puerta del Sol de Madrid, epicentro de las movilizaciones, acordaron hoy mantener la protesta al menos una semana para articular mejor el movimiento y poder conseguir un cambio social en España.

Sugirieron la idea de fijar turnos para no agotar las fuerzas si la protesta se alarga demasiado, e intentar descentralizar la movilización hacia los barrios, los municipios e Internet para que permanezca en el tiempo.

Estas decisiones fueron acordadas en una asamblea general tras escucharse en público los planteamientos de las distintas comisiones y grupos de trabajo, así como la voz particular de los concentrados.

La asamblea, que transcurrió en un ambiente participativo y multitudinario, abordó también el protocolo a seguir en caso de desalojo de la plaza, y el suministro de energía al campamento, a fin de que sea autónomo mediante placas solares y autogeneradores.

Tras el pronunciamiento de los congregados en Madrid, otras ciudades discuten en asamblea los pasos a seguir, con la capital como referencia.

En Barcelona (noreste), segunda ciudad de España, una asamblea de los acampados en la Plaza de Cataluña ya ha decidido continuar las protestas, extenderlas por los barrios y convocar una gran manifestación el 15 de junio.

En Valencia (este), tercera ciudad española, los «indignados» reunidos en la Plaza del Ayuntamiento tienen previsto celebrar hoy una nueva asamblea que, además de deliberar sobre el futuro de las movilizaciones, seguirá los resultados de las elecciones.

Algunos dirigentes políticos reconocieron hoy la importancia de las protestas como un factor que ha suscitado debate y ha acaparado el protagonismo en la recta final de la campaña electoral.

Tras votar en Sevilla (sur), el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, comentó que las protestas son «un factor positivo» y «han abierto un debate muy interesante en España».

Preguntado si los «indignados» recuperarán la confianza en los políticos, Chaves, para cuyo partido (PSOE) los sondeos vaticinan una fuerte caída en estos comicios, admitió que «la crisis ha sido muy dura y ha provocado que mucha gente lo esté pasando mal».

«Y hay gente desencantada -añadió-, porque las medidas adoptadas no han tenido efecto inmediato, aunque lo producirán, y eso ha provocado desconfianza hacia el futuro, sobre todo de los jóvenes».

Las movilizaciones empezaron el pasado 15 de mayo en la Puerta del Sol de Madrid y en el centro de otras ciudades españolas.

El «Movimiento 15-M» demanda, entre otras cosas, una regeneración democrática y un cambio del sistema económico que ha conducido a la grave crisis económica que sufre España, donde la tasa de desempleo supera el 20 por ciento de la población activa, más del 40 por ciento entre los menores de 25 años.

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