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La diplomacia sufre en carne propia la inseguridad en Venezuela

El asesinato de la hija del cónsul de Chile en Maracaibo, Karen Berendique, disparó las alertas sobre los hechos de violencia que han sufrido los cuerpos diplomáticos extranjeros. La representación chilena ya había vivido un hecho desagradable en noviembre, cuando el cónsul en Caracas, Juan Carlos Fernández, fue asaltado y sufrió un secuestro exprés de dos horas. Al ser liberado le dispararon en un glúteo.


Una vez más, la situación de violencia e inseguridad que vive Venezuela quedó de relieve con un caso de alto perfil.

El año pasado ocurrió con el secuestro del beisbolista Wilson Ramos, pero esta vez la historia se cobró una víctima.

Y la particularidad del caso hizo que el hecho cobrara más relevancia. No sólo porque quien falleció fue la hija, de 19 años, del cónsul de Chile en la ciudad de Maracaibo, capital del estado más poblado del país, sino que porque Karen Berendique murió a manos de efectivos del Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).

El homicidio puso en evidencia que la crisis de inseguridad en Venezuela, que en 2011 registró un récord para el país de casi 20.000 asesinatos, según cifras extraoficiales, también afecta a quienes cuentan con mayores recursos y supuestas garantías para protegerse: los cuerpos diplomáticos.

«Mala práctica policial»

La hija del cónsul honorario Fernando Berendique, quien lleva 30 años en el país, murió en la noche del viernes cuando iba en un automóvil junto a su hermano y otra persona y no se detuvieron frente a un control policial establecido de forma «irregular» por funcionarios del CICPC.

«Ellos salieron de pronto y a cuatro cuadras de mi casa los interceptaron, estaban armados. Dieron la voz de alto, los muchachos se pusieron nerviosos porque era de noche. Lo menos que se puede esperar es que la policía encienda las luces (de las patrullas), no lo hicieron y dispararon, y siguieron haciéndolo», relató el cónsul.

El diplomático agregó que no se detuvieron porque temían que los agentes, que no portaban ninguna indentificación según Berendique, fueran ladrones.

Berendique recibió tres impactos de bala en un incidente que el director del CICPC, José Humberto Ramírez, calificó como «un hecho lamentable, aislado a la misión verdadera» de la policía.

«Repudiamos este tipo de malas prácticas policiales», agregó.

Doce funcionarios del organismo están detenidos y a disposición de la Justicia.

Otros casos

La diplomacia chilena ya vivió un hecho desagradable en noviembre, cuando el cónsul en Caracas, Juan Carlos Fernández, fue asaltado y sufrió un secuestro exprés de dos horas.

Al ser liberado le dispararon en un glúteo.

«Nacionales de Chile, Arabia Saudita, Chile, Perú, Bielorrusia, Inglaterra, Francia y México han sentido en carne propia lo que los venezolanos sentimos a diario», asegura el periodista Nelson Bocaranda.

«Bandas bien organizadas en las que participan policías activos y expolicías, presos y ‘pranes’ (líderes carcelarios) con apoyo de autoridades o guardias de penales, dirigen estos grupos que levantan miles de dólares cada noche en los cinco municipios caraqueños», agrega.

«Otros tres casos de funcionarios extranjeros han sido denunciados ante la Cancillería y hasta ahora nadie les ha contestado las misivas recibidas», dice Bocaranda, reconocido por sus buenos contactos y fuentes de alto nivel.

Salvo excepciones, el gobierno venezolano no suele comentar estos incidentes.

En 2010 funcionarios de la delegación de Arabia Saudita en Caracas, el agregado militar de Bolivia y una trabajadora de la embajada británica sufrieron, en incidentes separados, un secuestro, según ha reportado la prensa local.

El mismo año la casa del embajador griego fue asaltada y el diplomático fue retenido en el hogar mientras que un representante de la legación mexicana sufrió un secuestro exprés y un robo.

El año pasado el hijo del embajador de Vietnam fue secuestrado durante dos horas mientras que en enero de este año el embajador de México y su esposa también fueron plagiados durante algunas horas.

BBC Mundo intentó conocer qué medidas de protección adicionales tomó la embajada mexicana tras el incidente, pero aseguraron que «por cuestión de seguridad» no pueden «comentar al respecto».

Seguridad

«Me he reunido con buena cantidad de asesores de seguridad de embajadas. Muestran el temor por la inseguridad y la poca colaboración de parte de las autoridades», le dice a BBC Mundo Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV).

«Sé que las embajadas tienen equipos especiales que asesoran a sus diplomáticos, y a sus ciudadanos, en términos de seguridad en general y secuestros especialmente. Han establecido equipos que les dicen qué pueden hacer y qué no, y por cuáles zonas del país no se pueden mover», agrega Briceño.

El presidente de la Asociación Venezolana de Ejecutivos de Seguridad (AVES), Valdemar López, asegura que diez años atrás había un centenar de compañías de seguridad y protección y que ahora son más de 500.

«Las necesidades de escoltas y compañías de protección de cuerpos diplomáticos se ha incrementado mucho en los últimos seis, siete años, especialmente por la incidencia del secuestro», un delito que, según algunas estimaciones se comete casi 50 veces al día.

López dice que el blindaje del vehículo del embajador y de su familia es lo que más solicitan los cuerpos diplomáticos y destaca el uso de la tecnología en la protección.

El presidente de AVES opina que en algunos cosas los diplomáticos no han tomado todas las precauciones de seguridad recomendadas.

«Esos señores han obviado todo y han bajado la protección y por eso los han sorprendido, van sin escolta y con un simple chofer. Algunas cosas que han sucedido son por descuido, si extremaran los controles eso no sucedería», asegura.

«Tienen que ir con otro carro con escoltas, eso llama la atención, pero son personalidades que necesitan la protección. No pueden andar de noche solos en restaurantes», agrega.

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