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Se mantiene la incógnita sobre muerte de Berezovsky y su entorno no cree que en la tesis del suicidio

Algunos sostienen la hipótesis de que el oligarca fue asesinado y se sumaría a lo ocurrido con Alexander Litvinenko, quien fue envenenado por una sustancia radiactiva polonio-210 en Londres en el año 2006. Ambos formaban parte del Círculo de Londres, un grupo de rusos que desde territorio británico eran activos opositores al presidente Vladimir Putin y que se sentían perseguidos por el Kremlin.


El entorno del oligarca ruso Boris Berezovsky, cuyo cuerpo fue hallado el sábado en su casa de la localidad de Ascot, cerca de Londres, no cree en el suicidio como causa de la muerte, según recogen hoy varios medios británicos.

Después de varias horas de pesquisas en la propiedad para establecer si había sustancias químicas, biológicas o radiactivas, la Policía calificó ayer de «inexplicable» la muerte del ruso y señaló que no había pruebas de que otra persona estuviera «implicada».

Sin embargo, la prensa internacional señala que la propia policía británica, a cargo de la investigación, no descarta ningún tipo de hipótesis, incluido el asesinato.

La autopsia se practicará hoy para determinar las causas del fallecimiento, que varios amigos del empresario, muy crítico con el presidente ruso, Vladímir Putin, no ven como un suicidio.

«Boris era un luchador y el suicidio no estaba en su ADN», dijo el historiador ruso Yuri Felshtinsky al «Daily Telegraph».

Según este mismo periódico, cuando la ex mujer del empresario, Galina, llegó a la vivienda un sanitario analizaba el cuerpo de Berezovsky y al parecer encontró una bufanda cerca del cuerpo.

Por su parte, un viejo amigo del oligarca, Nikolai Glushkov, señaló al periódico «The Guardian» que Galina salió de la casa creyendo que su ex marido podría haber sido asesinado.

«Boris fue estrangulado. O lo hizo él mismo o alguien le ayudó. (Pero) no creo que fuera un suicidio. Esta no es una muerte normal», afirmó Glushkov que, como Berezovsky en el año 2000, emigró desde Rusia al Reino Unido.

La Policía, que no ha hecho comentarios sobre estas declaraciones, sigue interrogando al entorno del fallecido para entender cuál era su «estado de ánimo» antes del suceso.

Berezovsky sufrió depresión durante varios meses tras perder un juicio contra el magnate ruso Roman Abramovich, dueño del equipo de fútbol inglés Chelsea, y de separarse de su última pareja, Yelena Corbunova.

Entre los que descartan el suicidio como motivo del fallecimiento se encuentra la viuda del ex agente de los servicios secretos rusos, Alexander Litvinenko, que murió envenenado por una sustancia radiactiva polonio-210 en Londres en el año 2006.

«Desde mi punto de vista parece improbable que se suicidara. Tenía muchos enemigos. Era una persona franca y nunca intentó ocultar lo que pensaba», apuntó Marina Litvinenko a «The Daily Telegraph».

La última vez que lo vio fue hace cuatro semanas y entonces a la viuda de Litvinenko le pareció que «se había recuperado un poco y que estaría mejor», en contraste con otros testimonios que apuntan a que el oligarca «estaba muy deprimido».

El ejecutivo Tim Bell aseveró que Berezovsky quedó «muy afectado» por la derrota en los tribunales frente a Abramovich, que le dejó con facturas legales estimadas en 100 millones de libras (117 millones de euros), según «The Guardian».

«No creo que haya razones para que lo mataran los rusos, ya que fue destruido hace seis meses en los tribunales ingleses. Fue una victoria enorme para Putin», declaró al diario «The Times» otro amigo del oligarca, Alex Goldfarb.

Lo extraño de estas dos muertes es que ambos, tanto Berezovsky como Litvinenko, formaban parte del Círculo de Londres, un grupo de rusos que desde territorio británico eran activos opositores al presidente Vladimir Putin y que se sentían perseguidos por el Kremlin.

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