Por primera vez en la historia desde que existen los Estados Unidos, se debió recurrir al voto del Vicepresidente para ratificar un ministro.
Por primera vez en la historia desde que los Estados Unidos son una nación independiente, el Vicepresidente ha debido romper un empate en la votación para ratificar a un ministro. Trump debió recurir al voto de Mike Pence para dirimir una igualdad de 50 a 50 votos en el Senado, para así ratificar a su nueva ministra de Educación: Betsy DeVos, una millonaria, ultra liberal en lo económico y ultra conservadora en lo demás, que defiende el voucher en educación y que «admira» el modelo chileno de escuelas subvencionadas.
Los anticuerpos que genera DeVos debido a sus extremas posiciones en materias educativas hicieron que incluso dos senadoras de la mayoría republicana votaran en contra de su nombramiento. Fundamentaron su decisión en «su pobre desempeño frente al Comité de Educación del Senado». Incluso una campaña ciudadana contra DeVos llegó a recolectar cientos de miles de firmas e inspiró una editorial del New York Times, que pedía «un republicano con integridad» para que su nominación fuera rechazada en la Cámara Alta.
Los demócratas votaron en bloque, e intentaron hasta el último minuto conseguir el voto republicano que les faltaba. De haberlo conseguido, Trump hubiera visto cómo se caía uno de sus nombramientos ministeriales más importantes, y ahí Mike Pence no podría haberle salvado.
