Algunos de los aliados clave de Estados Unidos en la región condenaron el reconocimiento de Donald Trump de Jerusalén como la capital de Israel, y dijeron que esa decisión amenaza con «sumir a Medio Oriente en más violencia y caos».
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel desató una ola de protestas en el mundo árabe y la condena por parte de la mayoría de sus aliados.
El domingo, los ministros de Exteriores de la Liga Árabe afirmaron que esa decisión significa que ya no se puede confiar en Estados Unidos como un intermediario para la paz en Medio Oriente.
La decisión de Trump acabó con décadas de neutralidad estadounidense en uno de los temas más espinosos en la región.
La Liga árabe considera que el reconocimiento de EE.UU. de Jerusalén como la capital israelí amenaza con sumir a Medio Oriente en más «violencia y caos».
La declaración, firmada por 22 países entre los que que incluyen algunos aliados de Estados Unidos, llega después del tercer día de violencia y protestas en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Israel siempre consideró Jerusalén como su capital, mientras que los palestinos quieren que Jerusalén oriental —ocupada por Israel desde la guerra de 1967— sea la capital de un futuro Estado palestino.
Para Trump, la decisión da cumplimiento a una promesa de campaña y no es «nada más ni nada menos que el reconocimiento de una realidad».
Pero el presidente estadounidense se enfrenta a fuertes críticas.
La resolución de la Liga Árabe fue acordada la madrugada de este domingo tras horas de discusiones en El Cairo. Fue apoyada por varios aliados estadounidenses, incluidos los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Jordania, que ya habían mostrado su preocupación.
La resolución dice:
En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad el viernes, Estados Unidos quedó aislado cuando los otros 14 miembros condenaron la declaración de Trump.
Pero la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, acusó a la organización de ser tendenciosa, afirmando que «había sido uno de los más importantes centros de hostilidad hacia Israel», y que Estados Unidos estaba comprometido con lograr la paz.
El sábado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que había oído «voces de condena al histórico anuncio del presidente Trump» pero que «no había oído ninguna condena por los cohetes lanzados contra Israel y la horrible incitación contra nosotros»,
Tres cohetes fueron lanzados contra Israel desde Gaza el viernes, a lo que las fuerzas israelíes respondieron con ataques aéreos. Israel dijo que lanzó un ataque contra objetivos de Hamas, en el que murieron dos miembros del grupo islamista.
Cientos de personas protestaron en Cisjordania y Gaza el sábado, aunque las manifestaciones fueron menos numerosas que las de los días previos.
Miles de palestinos protestaron el viernes, y las manifestaciones se extendieron por todo el mundo árabe y en otras naciones mayoritariamente musulmanas.