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Educación preescolar: El camino hacia la igualdad social


Reflexionar respecto de la importancia y trascendencia que tiene para nuestro país la educación durante los primeros años de vida de las personas, parece fundamental y necesaria, sobre todo en el marco de la celebración del Día del Niño. Analizar lo que hemos estado haciendo en relación al cumplimiento de los derechos del niño y a las metas que el país se ha propuesto en esta materia, nos permite mirar hacia el futuro y enfocar la mirada hacia el Chile que queremos alcanzar.



Todos quienes por encargo del Presidente Lagos hemos asumido el hermoso desafío de avanzar en materia de educación preescolar, sentimos que hemos dado grandes pasos hacia delante. El enorme esfuerzo del Presidente por hacer realidad su compromiso de aumentar la calidad y la cobertura de la educación de párvulos a 120 mil niñas y niños chilenos ya es una meta cumplida y una clara señal de que la educación temprana es un tema crucial para el desarrollo social del país, y por el que hay que seguir avanzando. Los logros alcanzados hasta ahora constituyen una plataforma para un nuevo desafío.



Como JUNJI hemos trabajado arduamente por entregar una educación de calidad y comprometida con el desarrollo de los niños menores de seis años de nuestro país. Hemos asumido con especial preocupación y afecto el cuidado de los hijos de las mujeres trabajadoras de Chile y así también, intentamos contribuir con el presupuesto familiar a través de la atención integral, que contempla la alimentación de los niños y niñas que asisten a nuestros jardines infantiles.



Sabemos que debemos seguir avanzando por este camino y es por eso que existe un claro compromiso que será asumido con fuerza por el próximo gobierno de la Concertación. Así lo ha dejado de manifiesto Michelle Bachelet en el Plan de Igualdad para los Niños de su Agenda Pro Igualdad.



El futuro gobierno de Michelle Bachelet garantiza la continuidad del trabajo realizado con nuestros niños más pequeños y asumirá nuevos desafíos en torno a la desigualdad, situación en la que aún queda mucho por hacer. Muchas de las diferencias de los chilenos tienen su origen durante los primeros años de vida. El desarrollo infantil temprano es crucial para romper con las desigualdades sociales, intelectuales e incluso cognitivas de las personas, y será uno de los ejes principales del programa de gobierno de Bachelet.



Queremos asegurar un mejor futuro para los niños y niñas de Chile. La literatura empírica internacional demuestra que la educación preescolar reporta importantes beneficios para los niños y niñas, especialmente para los que pertenecen a las familias más pobres, así como también para sus madres y la sociedad en su conjunto.



Garantizar el desarrollo infantil en edades tempranas es una inversión en la futura población activa de nuestro país y en su capacidad de progresar económica y socialmente.



Se pierde un recurso humano importante cuando los niños y niñas no logran su potencial. Durante los primeros 5 años de vida el cerebro es «una ventana de oportunidades» por lo que el entorno social y cultural resultan de vital importancia. En este período los niños y niñas son especialmente sensibles al desarrollo de destrezas básicas, especialmente aquéllas vinculadas a un desempeño óptimo en la educación formal.



Los beneficios de la educación preescolar también se extienden a las madres. En tanto facilitan su inserción al mercado laboral. Chile posee una baja tasa de inserción laboral femenina, por debajo de otros países de Latinoamérica. Los índices son aún más bajos en el caso de mujeres de menor nivel socioeconómico, lo que perjudica aún más a las familias que buscan salir del círculo de la pobreza.



En esta perspectiva queremos ver avanzar la educación parvularia en nuestro país. El Chile del Bicentenario debe plantearse objetivos ambiciosos, pero realizables. El Plan de Igualdad para los Niños, que será llevado a cabo durante el próximo gobierno de Michelle Bachelet se ha propuesto como objetivo asegurar que a la edad de ocho años, no quede rastro de las desigualdades de cuna en ningún niño de Chile, independientemente de su origen socioeconómico.



Estamos orgullosos de los avances que hemos alcanzado, pero sabemos y estamos conscientes de que aún queda mucho por hacer por los niños y niñas, nuestro principal capital humano.



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Adriana Muñoz, es vicepresidenta ejecutiva de la Junta Nacional de Jardines Infantiles

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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