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Liceos Bicentenario: Para ti, no alcanza

María Fernanda Ramírez
Por : María Fernanda Ramírez Alumna de Ingeniería Industrial UC. Integrante del directorio de Educación 2020.
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En el debate sobre los Liceos Bicentenario se expresó algo que ha pasado inadvertido: lo que sienten los alumnos, dejados fuera del sistema. “¿Me puede explicar por qué al liceo que tiene mejores resultados, al que tiene mejores alumnos, le dan todos esos recursos?”, preguntó un alumno de un liceo técnico.


Hace un tiempo fui a exponer las propuestas de Educación 2020 ante alumnos de enseñanza media en una feria de educación en Rancagua. En el foro debate también hablaron un concejal de la Concertación y un representante del Seremi de educación de la región de O’Higgins, por parte del gobierno. Hechas las presentaciones, comenzaron las preguntas.

La primera fue de un alumno del Liceo Oscar Castro, recientemente escogido para ser uno de los 25 Liceos Bicentenario de excelencia. Su duda era muy simple: ¿en qué se traduce que seamos Liceo Bicentenario, aparte de que nos entreguen un notebook? El representante del Seremi explicó en breves palabras que consistía en un apoyo importante en recursos, para una escuela que se compromete a mantener logros excepcionales.

[cita]En el debate sobre los Liceos Bicentenario se expresó algo que ha pasado inadvertido: lo que sienten los alumnos, dejados fuera del sistema. “¿Me puede explicar por qué al liceo que tiene mejores resultados, al que tiene mejores alumnos, le dan todos esos recursos?”, preguntó un alumno de un liceo técnico.[/cita]

Hasta ese minuto, se dieron argumentos que había escuchado varias veces. Sobre los liceos de excelencia y como debieran ser la chimenea del sistema. Los incentivos a la excelencia, y como generarán la competencia que mejorará los resultados. Pero en ese debate se expresó algo que hasta ahora ha pasado inadvertido en las conversaciones: lo que sienten los alumnos que fueron dejados fuera del sistema.

Porque en esa sala, había alumnos pertenecientes a cinco escuelas de Rancagua, y sólo una era Liceo Bicentenario. La siguiente pregunta vino de un alumno de un liceo técnico: ¿Me puede explicar usted por qué al liceo que tiene mejores resultados, al que tiene mejores alumnos, le dan todos esos recursos? Resulta que su liceo técnico no postuló a ser colegio bicentenario, porque no tenía potencial. No ha tenido los resultados esperados, seguramente porque es un colegio que recibe a niños altamente vulnerables, y no selecciona sólo a alumnos con promedio mayor a 6. Tal vez el equipo directivo no estaba para llenar una enésima postulación a recursos.

Cabe la posibilidad que estén desgastados y tengan claro que están demasiado lejos de alcanzar algún estándar de calidad. Y yo pienso: Si ese niño no tiene los profesores que debiera tener, ni un equipo directivo capaz de jugársela por entregarle la mayor cantidad de recursos a su alcance, ¿Es su culpa? El gobierno ha dado una señal comunicacional muy potente con los Liceos Bicentenario: entre los que postularon, elegimos a los mejores para darles un gran empuje. ¿Qué le transmite eso al 99% de alumnos cuya escuela seguirá siendo la misma? Que no lo merecían. Que una vez más, “pagaron el pato” por no tener un equipo de gestión capaz de sacar la cara por ellos. Que no tienen suficientes logros para merecerse el premio.

Y algunos me dirán que gracias a esto, el próximo año más escuelas se esforzarán por pasar a ser parte de la elite. Yo les cuento que no sé si habrán considerado la desazón de esos alumnos de cuarto medio, al preguntar: ¿Será la reforma educacional sólo para ellos, y nosotros seguiremos igual? Porque eso fue lo que literalmente le preguntaron al representante del Seremi. Y fue la única pregunta que sacó aplausos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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