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Violencia y educación

Por: Pablo Salvat, filósofo y profesor universitario


Señor Director:

Quienes nos desplazamos en Metro nos percatamos que en la pantalla de noticias, aparece una frase del Ministro Lavín muy decidora sobre su manera de enfocar el conflicto en educación. Afirma dos cosas: una, que los problemas de la educación se arreglan con diálogo. Dos, pero no con violencia. Sobre lo primero, da la impresión que hace un buen tiempo los principales actores del sistema educacional quieren ser tomados en cuenta en la determinación de las reformas que se han anunciado, y ello no ha ocurrido. No pueden imponerse reformas ni validarse sin el concurso de los principales afectados por ella. ¿Qué condiciones necesita un diálogo para ser legítimo, en igualdad de condiciones y vinculante?

Segundo, por favor, nunca la violencia ha sido el camino elegido para plantear los cuestionamientos a la educación o a otros problemas que tiene el país. Su uso es marginal y minoritario. La mayor parte de las veces por sujetos ajenos al mismo movimiento social. Sería bueno preguntarse por qué el actual modelo de economía y sociedad genera este tipo de reacciones y este tipo de subjetividad. Con esas apreciaciones el gobierno nuevamente equivoca la puntería. Más violento en todo caso es que existan cuatro grupos o familias que tengan una fortuna equivalente al 80% de lo que percibe el conjunto de los chilenos. Esa si que es violencia.

Pablo Salvat
Filósofo y Profesor Universitario

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