Señor Director:
La piratería se define como el acto mediante el cual se copia una obra, sin el consentimiento del titular de los derechos de autor. Algo muy similar, si no igual o peor, es la práctica de los operadores de cable/satélite en Chile. Atrapan en el aire señales gratuitas de la televisión abierta, sin autorización de esta y lucran con ella. Así, se benefician, y mucho, de contenidos cuya producción implica muy altos costos y, en gran parte, gracias a la integración de estos a su oferta, incrementan sostenidamente las ganancias. Es así como, los ingresos que obtuvieron los cableoperadores el 2010, alcanzaron los US$ 800 millones con el 32.5% de la audiencia. Evidentemente, no serían estos los números, si su parrilla estuviese desprovista de los canales abiertos. Cabalgan a lomo de un complemento gratuito, como el aire del que lo cogen, y tan vital como este para la salud de sus auspiciosos balances actuales.
Aquí hay algo que no cuadra, debido a la existencia de un manifiesto vacío legal. La ley sobre televisión digital terrestre, debería resolver esta situación y así generar condiciones de trato igualitario, entre nuestra industria audiovisual y la extranjera.
Nelson Ávila C.
Ex senador