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Golborne versus Allamand = UDI versus RN

Gonzalo Bustamante
Por : Gonzalo Bustamante Profesor Escuela de Gobierno Universidad Adolfo Ibáñez
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Seguramente, no ha existido personaje de la derecha que haya desarrollado más anticuerpos en el pinochetismo profundo que el Ministro de Defensa. No es curioso que Golborne cuente públicamente con el apoyo de Hermógenes Pérez de Arce (según él se suman muchos de sus amigos) y Lucía Pinochet.


La última Adimark deja algo claro: el panorama electoral de la primaria de la Alianza es muy distinto al de la Concertación. Mientras esta última aparece como resignada a la candidatura de Bachelet, la Alianza tendrá una de alta tensión.

¿Por qué?

Golborne y Allamand están empatados. Será una reedición de la rivalidad UDI-RN.

Golborne es el candidato de la UDI. Claramente el partido de la calle Suecia nunca dio pie a una candidatura de Longueira. “Pablo” es historia. El mejor escenario de este último es ser jefe de campaña del titular de Obras Públicas, si lo invita.

Golborne desde un comienzo ha mostrado simpatías por el partido de Jaime Guzmán. No ha sido casual su asistencia a varios consejos. Como lo han indicado varios dirigentes, es representante de esa sensibilidad.

Allamand, ha logrado ordenar detrás de él a RN y su muestra de fortaleza en las encuestas debería aumentar ese compromiso. A lo anterior se suma la independencia mostrada por la directiva de RN respecto del sueldo mínimo y las reformas políticas. Es un perfilamiento de la tienda de Antonio Varas.

¿Qué representará el choque Golborne-Allamand?

El primero, es un símbolo de un aspecto de la derecha que surgió en el Alessandrismo, se desarrollará en los años 60 y alcanzará su culminación con el Pinochetismo: el discurso antipolítica que busca sobreponer una idea administrativo-técnica a la “politiquería”. Es una cultura del “independentismo”. No por nada, el gremialismo nace con un sello antipartidos. Por ejemplo, la defensa de Guzmán de la candidatura de Büchi, otro no-militante, descansaba en su carácter “independiente y apolítico”.

[cita] No es casual que en la narración del ex miembro de la Comisión de Derechos Humanos de RN, Miguel Luis Amunátegui, sobre los esfuerzos realizados por él junto a Gabriel Valdés (DC), Carlos Briones (PS), Raúl Rettig (PR), Francisco Bulnes (RN), por formar una instancia que reflexionase profundamente sobre el quiebre de nuestra democracia, no sólo no figurarse ningún UDI, estaba quien fue uno de los promotores e inspiradores de Allamand, Bulnes.[/cita]

Por eso, no es de extrañarse que el Ministro Golborne insista en esa “independencia dadora de libertad” y que sus declaraciones sobre el cambio al binominal y las reformas políticas, transiten entre las evasivas y el anteponer las reformas sociales.

Es un error creer que por ser menos conservador en temas morales no responde al perfil udiológico. Nuevamente, es un caso similar al de Büchi. En la UDI han convivido sectores con un proyecto claramente político-moral con otro más inspirado en una cultura hacedora y tecnocrática. Es el “pluralismo UDI” que va de un Guzmán a Yuraszeck. A su interior existe “gente pía” de distinta intensidad.

Sumado a que la cercanía de Golborne a los grupos económicos lo hace más sexy para la actual UDI.

Por su parte, Allamand es la principal figura histórica de la llamada derecha liberal. Más que liberal, es una derecha centrista de tipo reformista.

No es casual que en la narración del ex miembro de la Comisión de Derechos Humanos de RN, Miguel Luis Amunátegui, sobre los esfuerzos realizados por él junto a  Gabriel Valdés (DC), Carlos Briones (PS), Raúl Rettig (PR), Francisco Bulnes (RN), por formar una instancia que reflexionase profundamente sobre el quiebre de nuestra democracia, no sólo no figurarse ningún UDI, estaba quien fue uno de los promotores e inspiradores de Allamand, Bulnes.

Seguramente, no ha existido personaje de la derecha que haya desarrollado más anticuerpos en el pinochetismo profundo que el Ministro de Defensa. No es curioso que Golborne  cuente públicamente con el apoyo de Hermógenes Pérez de Arce (según él se suman muchos de sus amigos) y  Lucía Pinochet.

Si Allamand busca posicionar su candidatura tendrá que responder  a Golborne desde su propia historia basada en la construcción de una derecha política democrática. Para eso, deberá  poder armar una alianza desde sectores conservadores no-gremialistas hasta laicos y cristianos centristas.

 

Por lo que significan ambos, Golborne y Allamand, así como por la histórica rivalidad UDI-RN,  la primaria entre ellos será de alta competitividad y resultado incierto.

¿Favorecerá o perjudicará esto a la Alianza? Si la primaria de la Concertación es excesivamente deslavada  y la  de la Alianza de alta expectativa, sin duda eso potenciará al candidato que resulte ganador en esta última. La competencia es una de las mejores formas de lograr movilizar un electorado. Es lo que ocurrió en Francia con el PS, su primaria produjo una base electoral que ya estaba más activa.

Golborne será el candidato de la UDI y seguramente poseerá el beneplácito de importantes sectores de la derecha económica más grupos pinochetistas que hasta hoy cultivan el anti-allamancismo.

Allamand contará con RN, sectores independientes de centro-derecha y sectores del actual gobierno.

Definitivamente, el resultado marcará fuertemente la derecha del futuro.

Será de tomar palco. Que sea como dice Navia y Engel: “Que gane el más mejor”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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