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Chile ratifica su presencia en la Antártica y consolida un proyecto país

Edmundo González Robles
Por : Edmundo González Robles Presidente de la Liga Marítima de Chile
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La reciente visita que ha realizado el Presidente de la República, Sr. Sebastián Piñera a la Antártica y, en particular, a las fundaciones de lo que será la nueva base chilena en la zona del Glaciar Unión, a 1.200 kilómetros del Polo Sur, marca un verdadero hito y un decisivo paso para consolidar la presencia y la soberanía de Chile en ese territorio, proyección natural del territorio continental y será la tercera base más cercana al Polo Sur, la cual será dotada por los operadores antárticos nacionales, el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y el Instituto Antártico Chileno (INACH).

A partir de ahora y hasta el 2014, la tarea encomendada por el Presidente, es realizar toda la fase exploratoria para el emplazamiento definitivo de la base; de manera paralela nuestro Gobierno, en conformidad con el Tratado Antártico, ha dado aviso a los 50 países que lo integran, dejando de manifiesto la tradición chilena en materia de política exterior, que no es otra que respetar y cumplir con los tratados y adhesiones a sistemas multilaterales.

Este nuevo paso que da el país no es casualidad. Cabe recordar que en 1940, el Supremo Gobierno de la República estableció los límites de nuestra soberanía dentro del casquete polar antártico, correspondiendo a la Armada concretar la ocupación efectiva de ese territorio, la que se materializó con la construcción de la primera base chilena en ese territorio, la base “Capitán Prat”, el día 6 de febrero de 1947, día en que por primera vez flameo el pabellón patrio en continente antártico.

[cita]La Antártica es sin duda el territorio del futuro, el territorio de la paz y en lo que le corresponde a Chile, un territorio que merece toda nuestra atención y el apoyo a todas las iniciativas que adopta el Supremo Gobierno, en beneficio de la mantención de este territorio como parte integral de la República de Chile.[/cita]

En este sentido, la presencia permanente de la Armada en la Antártica, se conoce desde nuestros primeros tiempos como República, realizándose grandes esfuerzos geopolíticos para generar derechos sobre ella, como fue la toma de posesión del Estrecho de Magallanes en 1843 y de las ciudades del sur de la Patagonia, como Punta Arenas en 1848. Podemos entonces pensar que, como país, tenemos legítimos derechos sobre la Antártica; sin embargo, Chile no sólo exigió derechos, sino que asumió deberes: el rescate de la expedición de Sir E. Schakleton, por el Piloto 1° Luis Pardo en 1916, es la mejor demostración del compromiso de Chile y su Armada por asumir esos deberes.

La nueva base impulsada por el Presidente Piñera, no hace otras cosa que reafirmar esa visión de Estado, que se ha ido traspasando de gobierno a gobierno, como una cuestión de interés nacional; sólo así, se puede entender cómo desde 1947, la Armada de Chile  haciendo suya la visión del gobierno de la época, ordena el zarpe desde Valparaíso de lo que sería la primera expedición chilena a la Antártida, la que estaba compuesta por dos navíos: La Fragata “Iquique” y el Transporte “Angamos”. Esta expedición estaba al mando del  Comodoro Federico Guesalaga Toro.

Desde entonces los esfuerzos que han realizado las autoridades de la nación con sus Fuerzas Armadas, por mantener de manera efectiva la presencia nacional en la Antártica, se materializa con sus tres  bases y gobernación marítima permanente y las bases estivales que se activan durante los meses del verano.

Cabe mencionar que el reaprovisionamiento y esfuerzo logístico mayor en territorio antártico se basa en las unidades navales, las que al subirse la cortina antártica al inicio del mes de noviembre de cada año, surcan el “Mar de Drake” para reabastecer las distintas bases nacionales e internacionales y, junto a ello, trasladan a los distintos equipos de científicos, biólogos y naturistas, los que desarrollan sus trabajos de investigación  en pos de la ciencia. Las unidades que año a año cumplen estas funciones son: el Rompehielos “Almirante Viel”, el Remolcador de Alta Mar “Lautaro”, el Transporte “Aquiles” y en el futuro próximo el OPV “Fuentealba” y el Buque Científico “Cabo de Hornos”, los que se incorporaran en estas tareas. Es importante también mencionar las gestiones del Supremo Gobierno, del Ministerio de Defensa y de la Institución, a fin de materializar la renovación del Rompehielos “Almirante Viel”, el  que cumple su vida útil el año 2015.

A lo anterior, no podemos dejar de destacar el relevante aporte que realiza la Armada de Chile desde 1988, en la mantención de la presencia nacional en el Continente Blanco, integrando la Patrulla Antártica Naval Combinada (P.A.N.C.), que en conjunto con la hermana Armada de la República Argentina patrullan el territorio antártico durante el periodo estival y están en condiciones de concurrir al territorio antártico durante los meses de invierno, ante una emergencia que se comunique. En este sentido, han sido decisivas las tareas de rescate de vidas humanas en distintos naufragios y accidentes ocurridos en aguas antárticas, y de igual forma en el combate de la contaminación, a fin de preservar el ecosistema antártico ante derrames de combustible o líquidos contaminantes.

La Antártica es sin duda el territorio del futuro, el territorio de la paz y en lo que le corresponde a Chile, un territorio que merece toda nuestra atención y el apoyo a todas las iniciativas que adopta el Supremo Gobierno, en beneficio de la mantención de este territorio como parte integral de la República de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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