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El Servicio Exterior y la profesión diplomática

Por: Carlos Gajardo, Presidente de Asociación de Diplomáticos de Carrera


Señor Director:

El 15 de abril, en este mismo medio, el artículo “El complejo puzzle para encontrar al nuevo embajador chileno en Argentina”, abordó una materia de alta relevancia. Han pasado dos meses en que una de nuestras misiones en el exterior más relevantes no cuenta con un embajador.

Independientemente de las complejidades o problemas que el gobierno del Presidente Piñera ha debido enfrentar para subsanar esta situación, no debe perderse de vista que en diplomacia abundan las interpretaciones por acción o inacción de los países hacia otros.

La afirmación que recoge el artículo respecto de que la de Argentina es una “embajada política” donde “lo esencial no radica en que el cargo sea ocupado por un embajador de carrera, sino por alguien que tenga el manejo político necesario para un cargo tan relevante para las relaciones vecinales” es una visión alejada de la realidad. Chile cuenta con un número respetable de profesionales diplomáticos con vastos conocimientos. Es difícil argumentar que un actor político pueda desempeñar el papel de embajador de Chile mejor que un profesional de carrera con años de experiencia.

La división entre embajadas políticas y profesionales es un concepto que debe ser erradicado. Nuestro país, hoy referente regional, necesita más que nunca la completa profesionalización de su Servicio Exterior. Al gobierno del Presidente Piñera debe reconocérsele los avances en este sentido al mantener hoy a cerca del 80 % de los embajadores provenientes de la carrera diplomática, tendencia que ya viene de administraciones anteriores. Cualquier cambio en contrario a futuro será interpretado por la opinión pública como un retroceso.

El gobierno tiene hoy la oportunidad de enviar una clara y fuerte señal como promotor de la profesionalización. Tanto Argentina como también Suiza (sin representante desde el fallecimiento del Embajador Enrique Melkonian) y Grecia merecen contar con representantes chilenos altamente capacitados y con experiencia diplomática. El Servicio Exterior de la República cuenta con personal idóneo para asumir estos desafíos, profesionales con amplios conocimientos de las complejidades en las relaciones internacionales y sus sensibilidades.

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