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En el País de Sebastián


Cuando Sebastián está en problemas ustedes pueden contar con que la vocera de gobierno va a salir a denostar a quien se los crea. Eso es normal. Cuando los problemas son graves, ustedes pueden contar con que sucederán también otras cosas: la primera, que Sebastián saldrá a ponerse el parche antes de la herida; la segunda, que su Primer Yes Man saldrá a vituperar al que «está haciendo olitas»; y la tercera, que su Segundo Yes Man reafirmará los vituperios del anterior, pero añadirá un insulto peor, que es el dictado desde arriba.

Juzguen ustedes: primero Sebastián se adelantó en Radio Bío Bío a decirle a Tomás Mosciatti que algunas sociedades suyas habían comprado y vendido acciones de las «Cascadas» de Julio Ponce, pero que iba a ser muy severo para pedir que se investigara el tema (parche antes de la herida); segundo, que cuando los abogados de Julio Ponce le hicieron cuatro preguntas al Superintendente, cinco ministros saltaron a la palestra a formular declaraciones, dos en términos «respetuosos y convenientes» (es decir, saliendo del paso, para obedecer a su jefe, pero sin insultar a nadie) y tres para proferir insultos contra los preguntones: Cecilia Pérez, calificando de «vileza» las interrogantes, Rodrigo Hinzpeter, describiéndolas como un «acto muy bajo» y Jaime Mañalich (que ha revelado tener «un tremendo respaldo», aunque no precisó de quién ni era necesario que lo hiciera), repitiendo lo de la «vileza» (reiteración que sugiere una misma fuente de la orden): «Cualquier cosa que pretenda implicar al Presidente de la República es una vileza», dijo.

Lo malo es que el Presidente está «presuntamente implicado». Tal vez por eso las precisas preguntas de los abogados de Julio Ponce al Superintendente no pueden ser contestadas y el mero hecho de formularlas es, para La Moneda, constitutivo de «vileza». Si Piñera no tuviera nada que ver en el negocio, el Superintendente contestaría las preguntas y asunto terminado. Pero no lo puede hacer sin incomodar gravemente a su jefe. Luego, formularlas constituye una «vileza». Es el término dictado desde arriba. Porque las vilezas no se responden.

Cuando Sebastián quiso decirle a Jovino Novoa que su libro era «una traición», pero no se atrevió a hacerlo personalmente, adivinen quién apareció diciéndoselo: Jaime Mañalich. Todo el mundo exclamó que cómo era posible que un ministro insultara en esa forma a un importante senador de gobierno, pero entonces todo el mundo se respondió que eso era posible porque Mañalich había dicho lo que su jefe le ordenó que dijera y punto.

A todo esto ¿cuáles son las cuatro preguntas que el Superintendente, con seguridad, no va a contestar?

La primera, que en el número 130 de su oficio de cargos a Julio Ponce menciona una gran operación de compra de acciones, una de las más significativas del período investigado, 2008-2011 (por 159 millones de dólares), pero no individualiza al vendedor ni analiza el precio de venta (superior al bursátil). Pregunta vil: ¿quién fue el vendedor?.

La segunda, que en el número 135 del oficio de cargos se señala que Norte Grande, una de las «Cascadas», adquirió 26,7 millones de dólares (a precio superior al bursátil) en acciones de Oro Blanco (otra Cascada). Pregunta vil: ¿quién fue el vendedor? Le dan algunas pistas a la autoridad: «Habrían figurado sociedades de inversión de S. E. el Presidente de la República (Axxion, Bancard e Inversiones Santa Cecilia)».

La tercera, que el 22 de mayo de 2008 Inversiones SQyA adquirió el 4,03% del capital de Norte Grande a precios entre 26% y 39% superiores al bursátil, por US$27 millones. Preguntas viles: ¿quiénes fueron los vendedores? ¿Por qué no se mencionó el mecanismo bursátil o remate? Pistas: «Habrían figurado las sociedades de inversión Axxion y Bancard».

La cuarta, ¿por qué la Superintendencia no menciona operaciones de compra y venta de acciones de Oro Blanco y Norte Grande realizadas por Bancard e Inversiones Santa Cecilia entre junio de 2008 y abril de 2009? Pues habrían acumulado saldos netos a su favor, transferidos después a Moneda Corredores de Bolsa (fideicomiso ciego, pero no «quedado» ni sordo, de Sebastián Piñera). «Bancard habría comprado acciones el mismo día y al mismo precio en que Norte Grande vendió parte del remanente del aumento de capital de 2008 (14 y 15 de abril de 2009)». Otra sugerencia vil.

La autoridad o La Moneda (de la cual depende la primera) podrían haber contestado esas preguntas de manera muy sencilla y sin ofender a quienes las formulaban, dando los nombres de los intervinientes en todas esas operaciones, todos personas que, se supone, nada tienen que ver con el Presidente de la República. Pero eso no ha sucedido y La Moneda, es decir, la vocera y los Yes Men, ha respondido con insultos.

Lo cual lo dice todo. Entonces, a los chilenos que quieren saber las respuestas, que por favor dejen de molestar o les va a pasar lo mismo que al diputado Burgos cuando «se le dio vuelta» la comisión investigadora que debía pedir la grabación de la llamada ordenando la compra de acciones de LAN con información privilegiada. ¿En qué país se creen que están viviendo?

(Respuesta: en el país de Sebastián).

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