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En las redes sociales, la palabra es poder

Nicolás Ward
Por : Nicolás Ward Periodista y Asesor comunicacional @nicolaswarde
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Un mal posteo, un errado retuit, o una respuesta equivocada ante una consulta de un cliente en un determinado “negocio”, puede producir una viralización en Internet en cuestión de segundos y puede llevarnos a una crisis de la cual puede ser difícil salir y, por consiguiente, entorpecer un trabajo de años.


¿Qué tan importante es hoy estar en las redes sociales? ¿Sabrá la gente la importancia que tiene poseer una cuenta activa en cualquiera de los tipos de plataformas que existen? Desde la arremetida de Internet en el mundo, hay un aspecto clave que ha cobrado cierta relevancia. Y es que estar en alguna red social como Twitter, Facebook, YouTube o Instagram, reviste una relevancia primordial desde el punto de vista de alcanzar una suerte de reputación online. Ésta hay que trabajarla y mantenerla para tener éxito en un sinfín de aspectos si es que decidimos estar en las redes sociales, ya que de una u otra manera, cuando somos parte de ellas, nos transformamos intrínsecamente en un medio.

Aquellas personas que son influyentes en un área –ya sea en política, los negocios o incluso en la vida diaria– y no son parte de las redes sociales, se están quedando atrás en la pista de recortán del timeline de la comunidad de personas que interactúan sobre diversos temas de actualidad. Esto toma mayor importancia en ciertos estudiosos comunicacionales, que han determinado que en las redes sociales están tus clientes, tus competidores, y también tus potenciales clientes. Por cierto, esta afirmación puede ser extrapolada en diversos contextos, escenarios o dimensiones. Incluso al ámbito personal, cuando se pueden estar haciendo comentarios falsos sobre nosotros como persona y fuera de toda realidad.

[cita] Un mal posteo, un errado retuit, o una respuesta equivocada ante una consulta de un cliente en un determinado “negocio”, puede producir una viralización en Internet en cuestión de segundos y puede llevarnos a una crisis de la cual puede ser difícil salir y, por consiguiente, entorpecer un trabajo de años. [/cita]

Sobran los ejemplos en este sentido. Pero uno que llama la atención, es el del presidente boliviano, Evo Morales. Si bien algunos pueden compartir o criticar su ideología (como es mi caso), si lo que él busca es posicionarse a través de sus discursos, claramente está cediendo terreno importante en Internet, ya que existen alrededor de 50 cuentas falsas tanto en Twitter como en perfiles de Facebook. En estos espacios se habla de su persona y de la labor que desarrolla, y en muchos de esos casos se está desvirtuando lo que él realmente quiere decir o comunicar. Claramente, si su equipo asesor revisara cada mensaje, se daría cuenta de que una crisis por las redes sociales puede estallarle fácilmente.

Por eso, es clave preguntarse qué tan preparadas están las personas y organizaciones para enfrentar una crisis en Internet. Un mal posteo, un errado retuit, o una respuesta equivocada ante una consulta de un cliente en un determinado “negocio”, puede producir una viralización en Internet en cuestión de segundos y puede llevarnos a una crisis de la cual puede ser difícil salir y, por consiguiente, entorpecer un trabajo de años.

Muchos de estos conceptos que he planteado, pueden sustentarse en la visión que tiene un reputado asesor de política estadounidense: Frank Luntz, en su libro La palabra es poder, habla sobre 10 reglas de la comunicación eficaz. Una de ellas se refiere a la “Credibilidad”, que tiene una estrecha relación con el mensaje que queremos decirle a la gente y cómo esas palabras son protagonistas cuando debemos cumplir con “hacer realmente eso que decimos que somos”, ya sea tanto a nivel personal como en un contexto organizacional.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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