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¿Qué es la evasión?

Por: Daniel Ignacio Muñoz Zech, sociólogo, Magíster en Desarrollo Urbano UC


Señor Director:

Ayer, en una micro por Pedro de Valdivia hacia el sur. Hora punta tarde. Iba tan llena que el conductor optó por abrir las puertas de atrás para dejar subir a la gente. Son evasores, pero de alguna manera forzados. ¿Están protestando, resistiendo el sistema fallido? No, sólo quieren llegar a sus casas.

Dos paraderos después, una mujer logra subirse a duras penas por la puerta de delante. No alcanza el validador, y en realidad nadie (ni siquiera el conductor) espera que pague. Sin embargo, se esfuerza, estira el brazo, le pasa su tarjeta bip a otro pasajero y le pide que la pase por el validador. El pitido del sensor hace levantar la vista a algunas personas, extrañadas. ¿Por qué paga, en un espacio que la denigra, la violenta físicamente, la sofoca de manera cotidiana?

¿Podemos entender la evasión como un fenómeno de un solo significado? Cuando alguien deja de pagar su pasaje en Transantiago, ¿está siempre haciendo lo mismo? La respuesta parece ser no. Sin embargo, medimos el fenómeno de una sola manera; cuantificándolo. ¿Saben los ingenieros de transporte por qué la gente evade? Parecen más bien asumir que se trata de un signo de protesta o aprovechamiento. La respuesta del gobierno: criminalizar el acto. Al evasor se le impondrán multas; se le retendrá su devolución de impuestos; se le censurará el rostro en las fotografías publicitarias. Finalmente, se le asignará la responsabilidad del fracaso de Transantiago, sin preguntarse por las historias y circunstancias que existen tras cada tarjeta bip que no se marca.

Hoy en la mañana, hora punta. Espero la micro por Pedro de Valdivia hacia el norte. Luego de mucho esperar, llega llena de gente. No tengo espacio para entrar. El conductor abre la puerta de atrás, y me subo. Soy evasor.

Daniel Ignacio Muñoz Zech

Sociólogo, Magíster en Desarrollo Urbano UC

 

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