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El gobierno de los peores

«Lo más malo de todo es que los peores se van a perpetuar de todas maneras en el poder. Incluso ahora que casi todos, y de todos los sectores, han sido sorprendidos haciendo trampas e ilegalidades para financiar sus campañas electorales. Pero ahora ellos legislarán para sacarle toda la plata para sus campañas al Estado, es decir, a usted, el contribuyente».


Según la última encuesta CEP, el 61 por ciento de la gente encuentra que la situación política está mala. Sólo el 5 por ciento la considera buena.

La misma encuesta tiene la explicación: la institución peor evaluada son los partidos políticos, que manejan la política. Las instituciones mejor evaluadas son Carabineros, la PDI y las Fuerzas Armadas, pero éstos, “los mejores”, carecen de todo poder para influir en la situación política. Yo he escrito antes que los más débiles e indefensos en nuestra sociedad son los uniformados, incluso más que los que están por nacer, que por lo menos tienen un “lobby” bastante influyente, que ya se quisieran los PPM (Presos Políticos Militares), a los cuales los agentes de los peores en el Poder Judicial “mandan para adentro” sin siquiera explicarles de qué se trata y aunque ni siquiera hubieran “estado ahí”, en el lugar de los hechos, como expliqué en blogs anteriores.

De modo que el problema para el país consiste en que los que mandan son los que considera peores. Éstos controlan el Gobierno, que administra el territorio; el Parlamento, que dicta las leyes; y el Poder Judicial, que no las respeta si no son del gusto de la izquierda y a cuya cabeza, la Corte Suprema, la designan el Gobierno y el Senado, de modo que ningún juez que no baile al compás de “los peores” llega a la Suprema. Pregúntenle al ministro Pfeiffer, que aplica las leyes, figura en todas las quinas para la Suprema desde hace años y nunca es designado. Entonces, no en vano, en la misma encuesta, los peor evaluados junto con los partidos y los parlamentarios, son los jueces.

La gente no está contenta con este estado de cosas en la política. De partida, porque los peores han resuelto que no les gusta el actual modelo de sociedad libre, y en cambio a la gente éste le gusta. Aquéllos quieren pasarle la retroexcavadora y cambiarlo por otro socialista. Pero cuando a la gente le preguntan por su satisfacción con su vida actual, poniéndole nota de 1 a 10, sólo el 8% le pone menos de 5 y el 92% le pone más. De hecho, el 69% la califica con 7 o más. Es decir, el 92% no siente malestar. Por eso las tres reformas propuestas para cambiar el modelo, la tributaria, la educacional y la laboral, suscitan rechazo mayoritario.

Además, los peores quieren cambiar la Constitución, pero la gente no. Entre los problemas que ésta tiene, los principales son la delincuencia, que ha sido favorecida y goza de toda clase de garantías para su desarrollo, como ninguna otra actividad en el país, en particular porque no paga impuestos; la salud, predominantemente estatal, es decir, manejada también por los peores; y la educación, que estos últimos quieren monopolizar. Nadie parece darse cuenta de que la reforma constitucional está en el penúltimo lugar entre los problemas y le importa apenas a un 3% de la gente, y cayendo, porque en la encuesta anterior era 4%.

Lo más malo de todo es que los peores se van a perpetuar de todas maneras en el poder. Incluso ahora que casi todos, y de todos los sectores, han sido sorprendidos haciendo trampas e ilegalidades para financiar sus campañas electorales. Pero ahora ellos legislarán para sacarle toda la plata para sus campañas al Estado, es decir, a usted, el contribuyente.

Y ni usted ni los demás contribuyentes tienen ninguna posibilidad de sacar a los peores del poder, porque ellos han hecho las leyes de financiamiento electoral y de elecciones a su medida, de modo que nadie pueda vencerlos. Si usted no ha participado antes en una elección y no es de ningún partido, no tendrá plata del Estado, pero ellos sí. Y aunque usted obtenga más votos que cualquier candidato de ellos, la ley permite a los partidos sumar los de los candidatos de su lista para ganarle a usted. Pelean “en patota” contra usted solo. Todo lo cual es, entre paréntesis, inconstitucional. Pero los jueces son de ellos, así es que no sacaría nada con reclamar.

¿Entiende ahora por qué más de la mitad de la gente ni siquiera va a votar?

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