La Movilidad Urbana Sustentable, tan de moda hoy en día, tiene como finalidad aunar las necesidades de desplazamiento de los ciudadanos con la calidad de vida y el medioambiente, sin que ello suponga limitar el desarrollo económico de las ciudades, ni restringir el derecho de las personas a un transporte de calidad. Por su parte los gobiernos locales deben establecer planes de movilidad para mejorar la seguridad, la sostenibilidad y el ejercicio de la actividad económica de la comuna con el objetivo de asegurar y mejorar la calidad de vida de sus vecinos.
Así las cosas, en Santiago, comuna capital, hemos visto que en los últimos años han proliferado las vías exclusivas, se añadirán según anuncio reciente 7 nuevas a las ya existentes, se proyectan más ciclovias conjuntamente con un ensanche en un 50% de veredas en pleno centro, el mismo centro donde transitan 2 millones de personas todos los días. De esto último los más alegres serán los peatones, pero ojo, también los ambulantes, verán aumentar la superficie utilizable por ellos, en forma considerable.
Por otra parte con cierta desazón vemos que los letreros se arrienda o se vende en las oficinas del centro también se han reproducido con una inusual rapidez. Conjuntamente con aquello también son cada día más frecuentes los reclamos de contribuyentes señalándonos que con tanta restricción es imposible llegar al centro y más difícil salir, y no sólo en los horarios punta. En auto al centro, ya es casi una ilusión, el Metro va colapsado, las ciclovias no son opción por las distancias, raya para la suma los contribuyentes, y sus clientes ya no evalúan al centro como ubicación.
[cita tipo=»destaque»] Claramente estos últimos años no ha existido un correcto diseño y ejecución de una movilidad urbana sustentable en el referido triángulo. No se han congeniado correctamente los temas de movilidad con el desarrollo económico de la comuna, lo que ha incidido en que lideremos, por ejemplo, la vacancia de oficinas.[/cita]
Sorprende que la actual administración Municipal no recuerde el despoblamiento que sufrió el la centro a fines de los 80 y comienzos de los 90, gran parte de las oficinas corporativas de las grandes empresas que tenían sus matrices en el triángulo central, emigraron, con la clara merma en los ingresos municipales. Incluso es más, con los años las oficinas de abogados, restoranes, y agencias entre otros, sucumbieron ante el deterioro del espacio público, y la pérdida de competitividad frente a comunas del sector oriente mudándose rápidamente a otros sectores con más equipamiento y comodidades.
Este proceso de cambio en el tipo de contribuyentes que el centro albergaba no resultó inocuo ya que dichas empresas pagaban patente en el Municipio de Santiago y dejaron de hacerlo, viéndose afectados los ingresos en forma considerable. Luego, tras variados esfuerzos de los distintos alcaldes –Ravinet, Lavín, Alcaíno- llegaron nuevos inquilinos al centro, ya no grandes empresas, si no que pequeños y medianos empresarios, emprendedores y profesionales; que si bien pagan patente, lo hacen en montos mucho menores a los antiguos inquilinos, ya que este tributo va indexado a su capital propio. Pero hoy nos sorprendemos que son justamente aquellos los que nos están dejando, se mudan a paso firme, a comunas donde el instalarse y el desarrollar su profesión u oficio, resulta más amigable.
Quiero ser enfático en la importancia que tiene para la comuna el triángulo central, el centro, es ahí donde se genera la mayor cantidad de ingresos para el Municipio, ingresos que después se pueden invertir en los vecinos y en los barrios. Por lo que toda intervención en el mismo debe ser muy pensada e inteligentemente implementada. Claramente estos últimos años no ha existido un correcto diseño y ejecución de una movilidad urbana sustentable en el referido triángulo. No se han congeniado correctamente los temas de movilidad con el desarrollo económico de la comuna, lo que ha incidido en que lideremos, por ejemplo, la vacancia de oficinas. Aquello sumado a la situación de alerta financiera que anunció tiempo atrás la Alcaldia, hace prever tiempos difíciles en Santiago y peor aún demuestra una falta de prudencia y de correcta planificación de sus autoridades al no haber congeniado de manera razonable la movilidad urbana sustentable –que todos queremos- con el desarrollo de las actividades económicas en la comuna, desconociendo al parecer que sin esta última, pierde mucha fuerza la primera.