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Jorge Burgos: avatares de un tipo decente

Jorge Burgos: avatares de un tipo decente

«Su aceptación del cargo fue una prueba de coraje, porque hasta en este país de tradicional mala memoria pocos han olvidado el trato que Michelle Bachelet acostumbra dispensar a sus Ministros del Interior democratacristianos, a los cuales ya ha mandado cambiar sin aviso o, cuando ha estado de buenas, se ha limitado a no contestarles el teléfono ni darles audiencia hasta que renuncian».


Jorge Burgos se ha visto lanzado, sin proponérselo, a la condición de precandidato presidencial. En la encuesta CEP, el oráculo de la política chilena, es el único DC que entró al “top ten” en la evaluación neta de los personajes públicos (porcentaje de aprobación menos el de rechazo; el único medio que lo calculó fue este blog). Los hay en su partido que tienen más ambiciones presidenciales que él, pero “marcan” mucho menos.

Es un tipo tan decente que cuando el país sorprendió a los gobiernos de la Concertación llevándose para la casa los gastos reservados en sobres con billetes, Burgos, que los había recibido como Subsecretario del Interior, no sólo devolvió la totalidad del importe sino que pagó impuestos sobre eso, cosa que, yo creo, no hizo nadie más y que el Director socialista de Impuestos Internos no pretendía conseguir, pues declaró que tales gastos reservados eran “no investigables”.

La vida política le ha deparado sorpresas desagradables a Burgos, como cuando presidió la comisión investigadora de la Cámara sobre la compra, por parte de Sebastián Piñera, de acciones de LAN aprovechándose de información privilegiada. Burgos sometió a votación la iniciativa de pedir a la Bolsa la grabación con la voz que ordenaba la compra, veinte minutos después que el directorio de LAN hubiera informado una ganancia inesperada y no divulgada, voz que todo el mundo iba a reconocer. Pero entonces sucedió que la mayoría de la Concertación en la comisión “se dio vuelta”, votó junto con la Alianza para rechazar el pedido de la grabación y dejó a Burgos con un palmo de narices.

Pero el asunto no terminó ahí, porque algún inadvertido del entorno del entonces Presidente Piñera extendió a Burgos una invitación a una extensa y atractiva gira presidencial al exterior, y encontrándose éste ya en su asiento del avión, vio parado a su lado al mismísimo Presidente, que le preguntaba, con voz de pocos amigos:

“¿Usted cree que merece estar sentado en este avión?”

Al parecer, en el sentir presidencial nadie que hubiera pedido la grabación de la voz ordenando la compra de LAN merecía estar en ese avión.

El hecho fue que, tras el caso Caval, cuando se trató de encontrar a un tipo decente y que fuera DC, para reemplazar a Peñailillo, el nombre de Burgos venía como anillo al dedo y fue designado.

Su aceptación del cargo fue una prueba de coraje, porque hasta en este país de tradicional mala memoria pocos han olvidado el trato que Michelle Bachelet acostumbra dispensar a sus Ministros del Interior democratacristianos, a los cuales ya ha mandado cambiar sin aviso o, cuando ha estado de buenas, se ha limitado a no contestarles el teléfono ni darles audiencia hasta que renuncian.

Bueno, a Burgos, hasta ahora, se ha limitado a no convidarlo a una gira para ver temas de seguridad interior propios de la cartera de aquél. Ante lo insólito del hecho, éste se ha constituido en “trending topic” nacional y los columnistas semanales se lo han disputado para viviseccionarlo.

Burgos, pese al desaire, no renunció, lo que se aviene con su modestia personal, pero se atrevió a decir que le había advertido a la Presidenta que la situación no podía repetirse. Y, cuando todos esperaban, a raíz de ello, la petición de renuncia, ésta no ha sido cursada, interregno durante el cual varios DC de fuste han salido a decir que ven a Burgos con buenos ojos como figura presidencial, incluyendo entre aquellos a un hermano Walker que no es el ostensiblemente deseoso de ser candidato, Ignacio, y al propio Claudio Orrego, siempre listo, pero que esta vez, con mucha gracia, se ha declarado “burguista”. Por cierto, ha añadido que está disponible para alguna oportunidad posterior a 2017.

¿Un tipo decente a la Presidencia? ¿Por qué no? En política, “la segunda profesión más antigua del mundo” (Reagan), todo puede suceder.

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