Señor Director:
Lamentamos profundamente los últimos accidentes de montaña ocurridos en conocidos y concurridos cerros de la zona central, el Manquehue y Provincia. Ellos son producto del creciente acercamiento a los entornos de cordillera en la última década.
La cordillera es sin dudas uno de los principales tesoros de nuestro patrimonio natural y cultural como país. Vemos como un desarrollo muy positivo que nos atrevamos a conocer, explorar y disfrutarla más.
Nuestro llamado, sin embargo, es incursionar en estos entornos contando con la mayor cantidad de información del terreno a visitar, el itinerario, la actividad, el tiempo y el equipamiento necesario. Solo así podremos además sopesar la relación de nuestra propia capacidad para realizar la actividad con el lugar a visitar, y exponernos lo menos posible a sus riesgos inherentes. Este llamado es origen y principal objetivo de nuestra corporación.
A pesar de la mayor disponibilidad y difusión de información que han acompañado la masificación de estas actividades, hemos tenido que lamentar estos últimos acontecimientos. Ello se explica probablemente por el desconocimiento del principio básico por donde parte cualquier excursión de montaña, que es informarse. Otros factores han contribuido a este fenómeno también.
Durante casi el mismo período de tiempo hemos sido testigos del cierre de ramas de montañismo en universidades; de la desafiliación y cierre de los clubes de montaña tradicionales; de la ineficacia de la Federación de Andinismo de Chile de tener un rol más activo frente a estos cambios; y de una falta de coordinación entre el Estado y la sociedad civil para la generación de un protocolo único para el rescate en accidentes de montaña.
Nuestro llamado es a no obnubilarnos con la cara amarga ante las tragedias recientes que hemos tenido que lamentar. El miedo y dolor puede inducirnos a querer restringir o derechamente prohibir su ejercicio. Más bien nuestra invitación es a acompañar este desarrollo positivo con una estrategia clara de promoción del autocuidado y protección del medio ambiente. Ello no solo recae en el Estado, sino que en las familias, en el sistema educativo y en nosotros mismos.
David Valdés
Director ejecutivo
Sociedad Geográfica de Documentación Andina – Andeshandbook
