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Comunistas, Socialistas, PPD y el viejo tronco radical


No es extraño que hoy se encuentren en una misma opción política radicales, comunistas, socialistas y el PPD toda vez que los identifica el proceder de un mismo tronco histórico.

Trataremos de explicarlo. La primera organización de carácter político propiamente tal, con un objetivo, un programa, una acción y práctica política tendiente a cumplir sus objetivos fue la Sociedad de la Igualdad, fundada en marzo de 1850; el primer prototipo de un partido político propiamente tal en Chile, con estatutos y organización territorial; con ideas elaboradas tomando en cuenta la tradición de los clubes republicanos surgidos de la experiencia de la revolución francesa y la primavera de los pueblos de 1848 que Arcos y Bilbao conocieron, y con un órgano periodístico propio “El Amigo del Pueblo” dirigido por Eusebio Lillo.

Llama la atención que diversas organizaciones de izquierda, centro izquierda y liberales reivindiquen el legado de la Sociedad de la Igualdad, sin embargo los legítimos herederos y continuadores históricos de aquel legado son los radicales sin los cuales la centro izquierda chilena sería hoy muy diferente.

En 1863, cuando comienzan a formarse las primeras asambleas del radicalismo, eran pocos los fundadores de la Sociedad de la Igualdad que aún vivían en Chile una vez que esta fue disuelta brutalmente por el régimen de Manuel Montt en 1851, algunos como Arcos y Bilbao tuvieron que emigrar y otros ya habían fallecido. Bilbao, falleció en febrero de 1865 impedido de volver a Chile, hasta sus últimos días mantuvo una permanente correspondencia con los fundadores del radicalismo. Fundadores de las primeras asambleas radicales fueron ex miembros de la Sociedad de Igualdad y el programa de estas fue la continuidad de los postulados de los igualitarios, por lo tanto, el PR es el legítimo continuador de ese legado.

El radicalismo introdujo el principio de la asociatividad como una forma de organizar a todos los estamentos de la sociedad para presionar por reformas democráticas, una nueva constitución por intermedio de una Asamblea Constituyente, la separación de la Iglesia del Estado, libertad de asociación y de imprenta, instrucción primaria gratuita y obligatoria, ampliación del derecho a voto mediante la derogación del voto censitario como unas de las principales reivindicaciones que permitieran que nuevos sectores de la sociedad tuvieran acceso a las decisiones del Estado.

Las asambleas paulatinamente se constituyeron en todas las provincias de Chile, el año 1887 una fracción del Partido Radical encabezado por Malaquías Concha, Avelino Contardo y la Juventud Radical, que discrepaban con la orientación política del PR hacen abandono de este y fundan otro partido con el nombre de Partido Demócrata con fuerte presencia de obreros y artesanos.
En 1912, en la ciudad de Iquique, un grupo de alrededor de 30 militantes del Partido Demócrata, obreros y artesanos fundamentalmente del salitre, encabezados por el obrero tipógrafo Luis Emilio Recabarren abandonan el partido por la poca atención que este prestaba a las reivindicaciones de la clase obrera y deciden fundar el Partido Obrero Socialista, el cual diez años más tarde en la ciudad de Rancagua, bajo el influjo de la Revolución de Octubre en Rusia, decide cambiar su nombre por el de Partido Comunista.

El año 1933, después del fallido experimento con el nombre de República Socialista, diferentes grupos que se autodenominaban socialistas, compuestos entre otros por ex radicales, ex socialistas del 32, ex demócratas y anarquistas, deciden formar un nuevo partido con el nombre de socialista dirigidos por el ex radical Eric Schnake Vergara como un partido de izquierda de orientación marxista no comunista.

[cita tipo=»destaque»]El radicalismo introdujo el principio de la asociatividad como una forma de organizar a todos los estamentos de la sociedad para presionar por reformas democráticas, una nueva constitución por intermedio de una Asamblea Constituyente, la separación de la Iglesia del Estado, libertad de asociación y de imprenta, instrucción primaria gratuita y obligatoria, ampliación del derecho a voto mediante la derogación del voto censitario como unas de las principales reivindicaciones que permitieran que nuevos sectores de la sociedad tuvieran acceso a las decisiones del Estado.[/cita]

Finalmente el año 1987, en vísperas del plebiscito de 1988 y como un instrumento para enfrentar el compromiso cuando el país aún era gobernado dictatorialmente, se constituyó por ciudadanos provenientes de diferentes orígenes, del Partido Radical, del MAPU, del Partido Socialista y un importante grupo de independientes, el Partido Por la Democracia, encabezado por el ex radical Ricardo Lagos Escobar que se auto define como de izquierda, democrático, progresista y paritario.

Como podemos observar el viejo tronco radical es el vaso comunicante de todos los partidos laicos de centro izquierda en Chile; el Partido Radical introdujo en Chile nuevas formas de sociabilidad política vinculadas a la tradición ideológica y cultural de la masonería, contrario a la antigua oligarquía de la tierra, impulsó la educación pública e introdujo el concepto de Estado Docente, la libertad, la igualdad y la fraternidad pasaron a formar parte de las reivindicaciones de los sectores medios de las ciudades como así también fueron los primeros en plantear la necesidad de la regionalización en un país largo y angosto, destacando las tradiciones culturales, la geografía y los sentimientos locales de las antiguas provincias. La tolerancia fue otro concepto fundamental introducido por los radicales al manifestarse por la libertad de cultos, el respeto a todas las ideologías en el marco de la constitución, el respeto a las tradiciones de los pueblos originarios y el pluralismo político. Los clubes radicales fueron una eficaz herramienta en el logro de estos objetivos por lo que no es extraño que todos los recuerden y valoren su aporte a la sociabilidad política del país.
Recogiendo esta tradición los radicales han sido fundamentales en la formación de todas las coaliciones políticas desde el Frente Popular hasta la Nueva Mayoría.

Pues bien, como dijimos al principio no es extraño que nuevamente sean los radicales, con un candidato a Presidente de esta tradición cultural, los que logren aglutinar en torno a Alejandro Guillier una opción presidencial que permita nuevamente que, partidos provenientes de un mismo tronco histórico: radicales, comunistas, socialistas y ahora el PPD, puedan ofrecer al país una alternativa de progreso con un programa en proceso de consulta con la ciudadanía de todas las regiones del país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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