El 11 de marzo de 2018 no solo refleja el cambio de rumbo que la ciudadanía eligió al dar contundente respaldo al hoy presidente Piñera por sobre la continuidad que representó el ex candidato Guillier, sino que a nivel parlamentario por primera vez tres fuerzas políticas medianamente representadas rompen, al menos electoralmente, la lógica binominal que predominó por mas de 25 años desde el retorno a la democracia.
Sin embargo, existe otro aspecto que subraya este cambio de correlaciones en las fuerzas y la expresión de nuevos movimientos que estando o no en el parlamento vienen en un ascenso que les permitirá estar próximamente…Es el caso que por primera vez desde 1990 no existe un militante democratacristiano entregando la banda presidencial (como presidente del senado), o más aún, ni siquiera presidiendo la cámara de diputados. El día de ayer se coronaron en la presidencia de ambas corporaciones, militantes del Partido Socialista quienes obtuvieron los respaldos necesarios de sus pares DC.
Siempre había existido un militante DC ya sea para entregar la banda presidencial o estando siempre en las testeras de los poderes del Estado; fue el caso del senado en 1990 y 1994 con Gabriel Valdés, en 2000 con Andres Zaldívar, en 2006 con Eduardo Frei y en 2010 con Jorge Pizarro. En 2014 Aldo Cornejo presidia la cámara de diputados.
[cita tipo=»destaque»]Actualmente, la mermada votación de ese partido, las disputas internas acerca de su “domicilio político” y las renuncias a cuentagotas de sus militantes históricos tienen sumergido al centro político en una crisis de identidad de proporciones donde el otrora partido eje, ya no es capaz de conducirse por sí mismo.[/cita]
Actualmente, la mermada votación de ese partido, las disputas internas acerca de su “domicilio político” y las renuncias a cuentagotas de sus militantes históricos tienen sumergido al centro político en una crisis de identidad de proporciones donde el otrora partido eje, ya no es capaz de conducirse por sí mismo.
Lo anterior da cuenta de una sociedad en constante cambio que, recuerda, pero no vibra con los triunfos electorales del pasado, que castiga la indefinición y los matices, y que advierten de los beneficios personales que gozan los “militantes”. Todo eso ha sido catalizado por distintas fuerzas alternativas y por supuesto por la coalición que sustenta al presidente Piñera quienes han aprendido a que la acción política y el triunfo electoral no es solo la suma de individuos, sino que es la suma colectiva de la deliberación y valoración por lo diverso en los proyectos programáticos.
Hoy la oposición tiene clara sus testeras, el Gobierno con un enorme respaldo tiene clara su agenda, los regionalistas tenemos claro que jamás nos restaremos para ayudar a Chile… Y los democratacristianos?…aun no sabemos de qué lado se pondrán esta vez.
