Señor Director:
No han pasado más de dos semanas desde que inició el 2019, y ya se registran cuatro femicidios: María, Sandra, Laura y Aylin. Desde entonces, cada noticia contempla al final del texto números e información dirigidos a quienes lo necesiten, vale decir, aquellas mujeres que sufren abusos.
Lamento comentar que dichos teléfonos no sirvieron para proteger a las víctimas. Así, tampoco funcionan demasiado para quienes continúan en el círculo de la violencia.
La lucha contra la violencia machista requiere de un compromiso mucho más profundo, que al menos desde los medios de comunicación, inicia revisando el contenido y la forma en que se transmite la información. Para ello, es necesario acabar con las relativizaciones y las explicaciones erradas, nada justifica las agresiones físicas ni sicológicas. Pero por sobretodo, es preciso terminar con el morbo que contribuye a revictimizar a quienes atraviesan, o en este caso, atravesaron por situaciones de agresión.
Para acabar con la injusticia patriarcal, no se requiere únicamente de números ni campañas publicitarias, sino un cambio en la lógica con las cual razonamos y observamos los hechos. De esta forma, lograremos erradicar conductas albergadas en nuestra manera de pensar, que nos llevan a comportarnos como si existieran ciudadanas de segunda clase.
Lo escribo yo, porque ellas ya no pueden.
Gabriela Sepúlveda Maldonado