Señor Director:
El Subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, defendiendo el principio de selección escolar sostuvo en una entrevista en Radio Cooperativa a comienzos de esta semana que “atender grupos homogéneos es, desde el punto de vista de los resultados de aprendizaje, mucho más efectivo”. Con esta afirmación, además de hacer caso omiso a la evidencia nacional e internacional que avala el efecto par en educación escolar, el Subsecretario deja de manifiesto la profunda creencia del Gobierno en favor a los ghettos educacionales, negando absolutamente el principio de cohesión social que la educación debiera impulsar.
Con esta visión en el ADN del nuevo proyecto de admisión escolar, es imposible no dudar de las intenciones detrás de las nuevas entrevistas “informativas” y “voluntarias”. Si existen directores y directoras de colegios que comparten la visión segregadora del actual Gobierno, este proyecto da atribuciones a los establecimientos para ir a buscar a familias “parecidas” y desincentivar a las “no tan parecidas”.
Se ha sostenido que las entrevistas no modifican el algoritmo de asignación, sin embargo, no resulta difícil pensar que éstas pueden ser utilizadas para influir perversamente en las preferencias de las familias durante la postulación. Además, en la facultad que se da a los establecimientos de seleccionar a un porcentaje de su matrícula de acuerdo al «proyecto educativo», las entrevistas perfectamente podrían ser consideradas como un instrumento más en el futuro reglamento que el proyecto establece.
Es evidente que hay aspectos que pueden mejorarse de la Ley de Inclusión (por ejemplo, el punto de hermanastros y niños que comparten hogar), no obstante es indudable la intención del Ejecutivo por reponer facultades segregadoras a los colegios (o las mal llamadas industrias para el Presidente), con la consecuente pérdida de libertad para los estudiantes y sus familias.
Roberto Flores
Ex-Asesor MINEDUC
