Opinión
Sabido es que el gobierno propone una serie de cambios a la salud pública de nuestro país, que por estos días vuelve a visibilizar su condición de extrema fragilidad con la prensa poniendo el foco en la crisis del hospital San José y la instalación de un hospital de campaña, propuesto por el gobierno a modo de solución.
Como paradoja, el mismo Minsal se ha empeñado en declarar que el sistema necesita una urgente modernización. Bajo esta lógica el oficialismo envió al parlamento los proyectos de reforma regulatoria al sistema de ISAPRE y Fonasa e inició la implementación del Hospital Digital.
Estas transformaciones claramente no van encaminadas hacia un fortalecimiento de la salud pública y menos de la atención primaria. En palabras del propio Ministro Blumel, los cambios podrían significar incluso un déficit inicial de 70 mil millones de pesos para Fonasa.
Según estos proyectos, Fonasa sólo se “fortalece” con relación a las modalidades de libre elección, aumentando los recursos para comprar a privados. Si el presupuesto es uno solo y no le aumentan recursos al sistema público, esto afectará negativamente la modalidad de atención institucional de Fonasa, esto es hospitales públicos y atención primaria.
[cita tipo=»destaque»]Este proyecto, se establece como una red paralela a la “red asistencial física” con sistemas de registros propios, que crea duplicidad de información entre la red física y la plataforma digital. Su sistema de derivación no siempre calza con los flujos reales. Ej: usuarios llegan a la APS, derivados desde el hospital digital con indicación de exámenes y medicamentos que no están disponibles en la atención primaria. Si damos una mirada sobre el recurso humano, su staff de médicos considera especialistas que no son parte del sistema público, desviando recursos a prestadores privados, en vez de aumentar la capacidad de resolución pública con más especialistas en la red asistencial física.[/cita]
En este contexto, el gobierno ha sumado el Hospital Digital, que espera resolver con una plataforma informática la brecha existente entre la oferta y demanda de un sistema público de salud en crisis. No obstante las buenas intenciones, nuestro rol como agentes de control social sobre las políticas públicas, es mostrar a la autoridad y la opinión pública aquello que es perfectible y lo que definitivamente no es practicable.
Este proyecto, se establece como una red paralela a la “red asistencial física” con sistemas de registros propios, que crea duplicidad de información entre la red física y la plataforma digital. Su sistema de derivación no siempre calza con los flujos reales. Ej: usuarios llegan a la APS, derivados desde el hospital digital con indicación de exámenes y medicamentos que no están disponibles en la atención primaria. Si damos una mirada sobre el recurso humano, su staff de médicos considera especialistas que no son parte del sistema público, desviando recursos a prestadores privados, en vez de aumentar la capacidad de resolución pública con más especialistas en la red asistencial física.
En otro ámbito, el hospital digital en su modalidad rural, sugiere la realización de acciones sin respaldo legal, que fragilizan el trabajo de los equipos de la atención primaria. Nos referimos a la responsabilidad de realizar “examen físico”, manejo de arsenal farmacológico básico y otorgamiento de medicación por prescritos vía online – por parte del técnico de nivel superior- todas funciones que no corresponden a su quehacer. A lo anterior, se suma la falta de validación para otorgar este tipo de prestaciones digitales en establecimientos que cuentan con acreditación en salud.
Otro flanco es el agendamiento mediante este dispositivo, que desconoce labor del SOME, no considerando la falta de horas médicas para satisfacer la demanda mediante un sistema online (como lo muestra el reportaje de Teletrece). Pese a esto, el Minsal está presionando a los municipios para que le entreguen el cien por ciento de su agendamiento al Hospital Digital.
Desde una mirada primarista es menester preguntarse si el Hospital Digital, ¿desvía demanda desde lo físico hacia lo digital con el consiguiente riesgo?, ¿desvía demanda desde lo público hacia lo privado?, ¿qué pasa con la atención primaria como puerta de entrada a la salud pública?.
La Confusam es el gremio más grande de la salud, con más de 45 mil socios, todas y todos trabajadores de la atención primaria, movidos por la defensa de la salud pública. Por lo anterior, manifestamos nuestro rechazo a cualquier transformación que aumente el traspaso de recursos al sector privado y siendo consecuentes, estamos alzando nuestra voz.
