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Exportemos con las Pymes agroalimentarias Opinión Crédito: Agencia UNO

Exportemos con las Pymes agroalimentarias

Eduardo A. Santos Fuenzalida
Por : Eduardo A. Santos Fuenzalida Experto internacional en asuntos de comercio
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Por un momento, traté de imaginarme que era productor Pyme y que me embarcaba en un proyecto para la producción y exportación de alimentos. Tema que es, por lo demás, parte de la propuesta del programa de gobierno del presidente electo (Política comercial y promoción de exportaciones). Pronto, el sueño comenzó a desvanecerse. No sé si fue la falta de información adecuada, el exceso de información irrelevante, o mi incapacidad generacional para comprender y usar internet, y encontrar el sitio adecuado para informarme.

Conectar las Pymes rurales —incluyendo a la Agricultura Familiar Campesina— a las redes nacionales e internacionales de comercialización, ha sido una promesa de varios presidentes. Ocurre, pero hasta ahora ha sido la excepción, más que la regla. No obstante, tengo la convicción de que acceder al “segmento nacional” de esta red productivo-comercial es perfectamente posible: las Tiendas Mundo Rural de INDAP así lo prueban, en especial, en lo que se refiere a productos agroalimentarios. Las Pymes pueden integrarse exitosamente a los circuitos comerciales cortos nacionales con productos innovadores, nutritivos, sanos e inocuos y —de paso— generar nuevos empleos e ingresos. No será fácil dar el “salto” al plano internacional, pero creemos que sí se puede.

En las manufacturas livianas -por ejemplo, de cuero, lana, o maderas- si la materia prima ha sido tratada, por lo general, no enfrentan restricciones mayores de ingreso. Acá, el apoyo debe centrarse en los temas de comercialización y permanencia en el mercado. Por el contrario, los productos agroalimentarios enfrentan una multitud de restricciones y/o controles de orden sanitario o fitosanitario, de higiene e inocuidad, de rotulado y, en muchos caso, normas y estándares técnicos y/o de identidad, para el ingreso y comercialización. En este sector, se requiere información, capacitación y apoyos muy especializados, que deben ser gerenciados de manera sistémica para acceder al mercado, crecer y permanecer exitosamente.

En los párrafos que siguen, intentaremos ilustrar el desafío que enfrenta el presidente electo para que, finalmente, el sueño se cumpla. Quiero creer que el gabinete que ha presentado Boric tiene la voluntad de apoyar a las Pymes y a la Agricultura Familiar Campesina, pero eso no es suficiente: se debe cumplir con lo propuesto. No más frustraciones o promesas incumplidas. Y, no olvidemos que el mundo rural y sus Pymes fueron cruciales para ganar las elecciones en la “segunda vuelta”. Ahora, necesitamos propuestas concretas, una institucionalidad que esté a la altura de los desafíos que presenta esta tarea y que esté comprometida con este proyecto.

En la actualidad, la institucionalidad y responsabilidades requeridas se diluyen en diversos servicios de la Administración Pública, cuando lo que se necesita es liderazgo sólido y mayor coordinación. Los desafíos y problemática que deberán enfrentar estas Pymes rurales requieren de un tratamiento sistémico y especializado. Si, siempre estará presente el argumento de la falta de recursos y, en ese caso, lo que se deberá hacer es redireccionar recursos ya existentes en otras actividades de promoción y de fomento de las exportaciones. Sin embargo, ya puedo anticipar que surgirán diferencias de opinión. Durante mi paso por la administración pública, escuché en más de una ocasión el argumento de por qué es necesario priorizar a los grandes: “… son los que exportan y traen dólares”. Pero ¿Seguiremos haciendo lo mismo, o apoyaremos a los que más lo necesitan? Y que, de paso, también contribuyen al desarrollo del país.

Son varios servicios e instituciones las que deberán estar alineadas con los objetivos de este proyecto. Para empezar, en el Ministerio de Agricultura, ODEPA e INDAP deberán diseñar y programar -a nivel nacional- el “aterrizaje” concreto de la propuesta programática, y delegar la coordinación e implementación internacional, en una nueva Dirección de Asuntos Internacionales de Minagri realmente empoderada (¿Por qué no un nuevo servicio?). Ésta deberá coordinarse con la Subsecretaría para la gestión del Fondo de Promoción de Exportaciones Silvoagropecuarias y la asignación de sus recursos. Y no olvidemos a las Agregadurías Agrícolas que —debidamente habilitadas, capacitadas y profesionalizadas— deberán encabezar la actividad en el exterior.

No obstante, los ajustes institucionales más importantes deben ocurrir en la Cancillería (¡Ministra … suerte con esto!). Mi impresión es que, en este momento, de no ser por la gestión del Fondo de Promoción de Exportaciones Silvoagropecuarias, los temas agroalimentarios y el de la Agricultura Familiar Campesina, pasarían desapercibidos en ProChile. Por muy diversos motivos, su gestión se ha dispersado y diluido en nuevas y numerosas áreas y tareas. ¡Bien por ellos! Así, ya es tiempo que toda la actividad de ProChile en el área agroalimentaria, pase a un “nuevo” Ministerio de Agricultura, para su mayor integración y coordinación con los temas que debe llevar esa cartera, que incluyen, por cierto, las Pymes agroalimentarias.

¡Ah, ministra Urrejola, eso no es todo! No olvide que las Oficinas Consulares pueden —y creo que deberían— realizar una importante labor en apoyo a nuestras exportaciones. En este caso, podrían exhibir en las salas de espera de sus Oficinas, los productos de la Agricultura Familiar Campesina. Son varios miles los visitantes que llegan a realizar gestiones cada año a esas oficinas, y esa es una gran oportunidad para dar a conocer esos productos. La confianza que tengo en el éxito de esta propuesta, me permite ofrecer organizar un “proyecto piloto” en algún Consulado en EE.UU. Pero, no será fácil, ministra. Algunos de los Cónsules, no comparten este entusiasmo e interés por las actividades comerciales, INDAP y la Agricultura Familiar Campesina.

Son numerosas las tareas y actividades que deberá encabezar y coordinar la Dirección de Asuntos Internacionales de Minagri, para implementar con éxito este proyecto en el ámbito internacional. Y, cuando corresponda, con la debida coordinación con INDAP. Entre ellas, se debe destacar la identificación de mercados de interés y productos con potencial exportador; asegurar, movilizar y entregar el apoyo logístico y de servicios de exportación que requieren las Pymes; prestar el asesoramiento financiero y asegurar los recursos que se requiere para la exportación (por ejemplo, a través del Fondo de Promoción); gerenciar la certificación de atributos y/o de productos exportables; facilitar la identificación y el contactos con clientes potenciales, con el apoyo de las Oficinas Comerciales y de las agregadurías agrícolas; organizar exhibiciones y degustaciones; así como promover y gestionar el desarrollo de visitas o misiones comerciales a Chile, en particular, de pequeñas cadenas de distribución y/o supermercados regionales.

No obstante, el pilar central en el que deberá sustentarse este proyecto, es el modelo de asociatividad que se decida utilizar y el nivel de desarrollo que se logre con el trabajo de las organizaciones de base de las Pymes participantes. Esta asociatividad es crítica para desarrollar la “musculatura” comercial y financiera que se requiere, para enfrentar exitosamente desafíos de esta magnitud en el mercado internacional. Sin un alto grado de asociatividad será difícil alcanzar -y mantener en el tiempo- los niveles de competitividad que exige el mercado internacional. En estos proyectos, la competencia es extrema y rara vez se dan las “segundas oportunidades”, por lo que es necesario “hacerlo bien a la primera”. El proyecto deberá garantizar desde el comienzo, calidad, consistencia, volúmenes y continuidad, en todo los aspectos y fases del proceso.

Concluyo esta columna destacando un segundo y último “pilar” que deberá servir de sustento del proyecto: capacitar adecuadamente a productores y exportadores, Y no olvidemos a los mentores y personal de apoyo de los Servicios que liderarán este proyecto. Todo esto es especialmente necesario en las regiones apartadas, tarea que deberá ser encabezar por la Dirección de Asuntos Internacionales del Ministerio de Agricultura, junto a INDAP.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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