En once años de trabajo ininterrumpido en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos de Chile (ANEPE) este mes de abril, a la que entré como mujer y civil por concurso público el 2011, compartí con cinco directores, en la clásica rotativa bianual establecida por las instituciones de las FF.AA. y el ministerio de Defensa.
El resultado final de cada gestión, siempre era insuficiente para el nivel de trabajo y potencial institucional. Les tomaba medio año de conocer la institución y tenían apenas un año, para materializar sus aportes, cuando ya debían estar preparando su salida.
Todos nuestros directores fueron sin duda un aporte y se les recuerda con mucho cariño.
En un afán por mejorar la gestión y proyectar a la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos de Chile, se optó desde el Estado, por un cambio: usar el concurso público como una herramienta para seleccionar un director que trascendiera los dos años de gestión y generara continuidad en los procesos.
Esta vez, por concurso público, el Sr. Robles hizo, como buen piloto, despegar la ANEPE, en plena pandemia. Un mérito absoluto, histórico y determinante para la institución.
Un sueño por años, el programa de doctorado se materializó, la acreditación institucional también. El número de alumnos más que duplicó. El clima laboral mejoró sustantivamente y entonces llega una decisión arbitraria y lo arruina. Porque sí, porque no han nombrado a nadie y a dedo, la ley y la Contraloría no se los aguantará. Creo haber sido prudente y esperado varios días para expresar mi profunda decepción.
El resultado: autoridades de gobierno tendrán que comparecer ante el Congreso. Un lío gratis en medio de un difícil momento histórico nacional. Sin motivo, sin argumento.
Ya con la desvinculación de los dos subdirectores la hemos pasado mal. Dos grandes personas, generosas y buena gente. Dos caballeros.
En curso, y ad portas de la visita de pares de la CNA para nuestro Magister en Seguridad, defensa y relaciones internacionales, la renuncia de Robles es un torpedo a la línea de flotación del Programa.
No pido explicaciones en un cambio de gobierno. Solo reflexiono sobre lo que observo y es simple:
La ANEPE es de todos los chilenos. Civiles y militares, hombres y mujeres que tenemos amor por el país y buscamos cuidar su interés sin colores políticos. Esta institución cumple un rol que ninguna universidad, y vaya que lo han intentado, puede cumplir. En ANEPE hay civiles y militares. No es un regimiento, ni una guarnición de ninguna rama de las FF.AA. Es un centro de fortalecimiento para el pensamiento en Seguridad y Defensa en un contexto mundial y regional que hoy requiere mucha reflexión. Hay diálogo, existe aporte real al país, es una Casa para todos. Es una casa estratégica de pensamiento, estudio y formación académica.
Los 75 años pueden ser un puente de diálogo entre en mundo que se fue y el que llega. Permítanlo.