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La otra «primera línea» Opinión

La otra «primera línea»

Luis Machuca
Por : Luis Machuca Ingeniero Comercial (U. de Concepción), Magister en Planificación y Gestión Educacional (UDP), docente universitario y consultor.
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Determinadas conductas y declaraciones, algunas efectuadas por importantes personeros que están por el Apruebo, Presidente incluido, han permitido en la práctica validar un escenario de realidad creada. En esta pseudo realidad,  de derrota segura y amplia de la opción,  esta solo se podría salvar  por la introducción de eventuales “correcciones”, acordadas prematuramente. Esto último solo ha contribuido a crear duda e incertidumbre. Porque, si el Apruebo resulta efectivamente ganador (como espero), se generará la cuestión de qué porcentaje de ése triunfo es sólo mérito del texto sometido a votación y cuál es por el anuncio de efectuarle cambios. Es más: será muy complejo saber qué tan negativamente afectó a la opción dicho anuncio sea que se gane o pierda. Todo ello absolutamente innecesario. Temor a ganar expresé en una columna anterior. Lo ratifico.


La derecha política tradicional, opuesta históricamente a los cambios estructurales en la sociedad y economía chilenas, esta vez optó por replegarse a un segundo plano. Se ha limitado, en importante medida, a financiar el enorme despliegue mediático en pro de la opción Rechazo.

Es razonable lo anterior si se considera que, con toda seguridad, la aparición muy destacada o reiterada de “figuras” como J.A. Kast, Rojo Edwards, F. Chahuán, L.Cruz-Coke, I.Moreira, M. J. Hoffmann y otros de perfil similar habría tenido un efecto más bien contraproducente para los fines del Rechazo.

Entonces, se optó por una “primera línea” de perfil mas difuso. Primero fueron los amarillos – pésima elección del nombre, explicado solo por el afán de copiar el formato que apareció en Europa, en otro contexto – y luego se fueron sumando nombres y “movimientos espontáneos” que se suponía ligados a la “centroizquierda”. Otro concepto ambiguo, por decir lo menos.

Pero aquí la derecha parapetada detrás de esta nueva “primera línea”, no cayó en cuenta que muchos de los nombres que fueron surgiendo, incluso desde que aparecieron los amarillos, generan desde hace ya mucho tiempo un casi espontáneo rechazo entre los sectores progresistas e importante parte de la población en general.

Los asocian a dos posiciones que tienen una marcada percepción negativa y son igualmente rechazadas: haberse beneficiado durante años del modelo económico y político que prevaleció entre 1990 y 2021 o, lo que es casi peor, a encontrarse actualmente resentidos por advertir que su posición privilegiada está terminando o terminó ya. Ahí tenemos nombres como X. Rincón, M. Aylwin, F.Harboe, A.Velasco, para señalar unos pocos. En algunos de estos casos y otros, la eventual desaparición del Senado parece también haber motivado a no pocos a identificarse con la opción Rechazo. La ciudadanía – parte importante de ella – lo percibe así. Como una opción motivada por sentimiento de pura supervivencia. Rescato aquí una imagen no muy reciente, pero decidora. Escenario: cambio de gabinete (no recuerdo cual) en la administración Bachelet II. Las señoras Ximena Rincón y Javiera Blanco se abrazan emocionadas porque seguirán ahí, con el poder en las riendas, pase lo que pase. La señora Blanco ha sido sobreseída recientemente en un proceso por desvío de gastos reservados, por prescripción. La señora Rincón es uno de los personajes que, tengo la impresión, en la intimidad se prueba una banda presidencial hecha de papel de volantín. El poder a como dé lugar. Impresión personal, reitero.

A dos semanas del plebiscito, la opción Apruebo, que representa el sentir de quienes compartimos una visión de progreso y un deseo de corrección de desequilibrios e injusticias largamente sufridos, esperamos confiados en que la campaña de desinformación desarrollada por los sectores conservadores y otros derechamente reaccionarios, no haya permeado a la población que siente la necesidad de avanzar en transformaciones profundas.

Determinadas conductas y declaraciones, algunas efectuadas por importantes personeros que están por el Apruebo, Presidente incluido, han permitido en la práctica validar un escenario de realidad creada. En esta pseudo realidad,  de derrota segura y amplia de la opción,  esta solo se podría salvar  por la introducción de eventuales “correcciones”, acordadas prematuramente. Esto último solo ha contribuido a crear duda e incertidumbre. Porque, si el Apruebo resulta efectivamente ganador (como espero), se generará la cuestión de qué porcentaje de ése triunfo es sólo mérito del texto sometido a votación y cuál es por el anuncio de efectuarle cambios. Es más: será muy complejo saber qué tan negativamente afectó a la opción dicho anuncio sea que se gane o pierda. Todo ello absolutamente innecesario. Temor a ganar expresé en una columna anterior. Lo ratifico.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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