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La doble condena: torturadas y violadas

Por: Lican Martínez Rubio


Señor Director:

Elizabeth nace el 5 de enero 1955, en la Cisterna. En una familia de 7 hermanos/as, los padres eran sastres y no sobraba el pan en la casa. Buscando un Chile más justo, desde muy joven “la flaca” (Elizabeth), comienza a estar en política universitaria, siendo con el tiempo parte del Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER).

En 1970, Salvador Allende y la Unidad Popular ganan las elecciones presidenciales en Chile de manera democrática. Allende había prometido una serie de medidas económicas estratégicas que lamentablemente eran mal vistas por EEUU, por lo que hubo un bloqueo económico, situación poco novedosa y sabemos lo que generó. Pero en junio de 1973, el general Pratts renuncia a su cargo del ejército y el general Augusto Pinochet toma el mando e inicia el golpe de estado la mañana del 11 de septiembre. Ahí parte el infierno para miles de personas y familias. Y no hablamos de colas para comprar, o de terrenos, hablaremos de torturas y violaciones a los ddhh. La Helly (otro de sus apodos), a raíz del golpe, ya que no había mucha libertad de expresión que digamos, tuvo que partir al país vecino a fines del 1974. Partió a Argentina con su pareja como refugiados de ACNUR, esperando poder estar más seguros. Pero, habiendo también una dictadura en Argentina, la operación Cóndor se preocupó de encontrarlos (operación ideada a todo esto por Manuel Contreras). 
Así el 22 de Noviembre del 75´ caen en manos de los Triple A, pero antes de llevarla a Villa Devoto, tuvo que pasar por calabozos, donde el objetivo era doblarla a través del dolor, torturas varias hasta que el dolor se sintiera en lo más profundo de sus huesos. Sin embargo, al no lograr que hablara, recién en Diciembre de 1975 fue llevada a Villa Devoto. Estuvo hasta Julio del 77´. ¿Dos años tranquilos? Nada de eso, dos años en que las torturas eran constantes en las celdas, mujeres que parían ahí mismo, bebés que se los robaban los militares, violaciones, suma y siguen situaciones que son verdades a voces, pero aún no hemos condenado. 
Con solo 40 kilos y en mal estado logra viajar como refugiada política a Bélgica, donde intentaron con su pareja rehacer sus vidas. Limpiando baños, trabajando en hoteles, y así hasta ser validada por sus capacidad y esfuerzo, y gracias a la comunidad belga que apoyó a los exiliados políticos, Helly logra trabajar en grandes organismos para mejorar las condiciones de vida de las mujeres y de las personas. Hoy vive en España, uno de sus hijos en Bélgica, y otra en Chile, algunos dicen que es buena vida, yo creo profundamente que es consecuencia de la dictadura. 
Nunca, ni en exilio, ni al retorno, ha cesado de luchar y hacer justicia, por ella y por todas sus compañeras. Y a decir verdad, se le ha hecho mas fácil buscar apoyo al otro lado de la cordillera que en su propio país. Aún no hay justicia, esa es la verdad. Y esta historia es la historia de Elizabeth Rubio, pero también de Juana, de Catalina, de Rosa, y así de miles de mujeres. Miles de mujeres que como dice un amigo, sufrieron doble condena; por ser militantes de izquierda y por ser simplemente mujeres. Mujeres que hoy siguen luchando por una reivindicación real a los DDHH, por la condena efectiva de sus torturadores y violadores. Pero en este país la justicia es solo para algunos.

Cuento esta historia por 3 razones:
1. Porque quiero agradecerle a mi mamá por ser la mejor mamá del mundo y hoy la mejor abuela. Es una ganadora de la vida, y estoy segura que nos crió para hacer de este mundo, algo mejor. Es un ejemplo de vida y de mujer, y no sabes el nivel de admiración que tengo hacía ti.
2. Porque creo que tenemos una deuda histórica, y es momento de seguir avanzando. Si los partidos tradicionales han hecho lo que han podido, bueno, quienes venimos con más energía, ayudemos a que que se haga justicia de una vez por todas. No basta salir a marchar todos los 11 de septiembre, necesitamos una reparación real. Nos llenamos la boca hablando de dictadura, de China, pero creo que deberíamos enfocarnos un poco en que en nuestro país se haga justicia.

3. Porque creo el punto 2) aporta a la mejora de nuestra democracia. Hoy la justicia no es tan justa, y sobreviven quienes tienen poder. Tenemos el deber de mejorar nuestras estructuras, y perfeccionar la democracia. Así la próxima vez que alguien piense en generar un golpe de estado, se lo va a pensar dos veces.

Lican Martínez Rubio

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