Señor Director,
Me duele mucho ver cómo se siguen malgastando recursos en tratar de reforestar utilizando métodos que sirven solo en zonas húmedas, es decir, plantación individual en casillas, sobre suelos degradados, compactados y sin nutrientes. Según la ley, las plantaciones deben monitorearse durante un par de años, pero una vez finalizado el proyecto, el riego se suspende, se abandonan las plantas, y gran parte muere irremediablemente. Este despilfarro de recursos y agua debe detenerse ahora, mediante la modificación urgente de los métodos de establecimiento de bosques, para así incorporar técnicas aplicadas en zonas áridas, como lo son la plantación en bosquetes de alta densidad, considerando un buen tratamiento del suelo (descompactación del suelo e incorporación de materia orgánica e hidrogeles) y la aplicación de gruesas capas de material vegetal (hojarasca) que minimicen las pérdidas de humedad por evaporación. Esta técnica, conocida como el “método de Sharma”, no solo asegura la sobrevivencia de las especies, sino que además incentiva la competencia por la luz, obteniéndose árboles de cuatro metros en sólo un par de años (a diferencia del método de la casilla individual, que al instalarse el árbol en suelos compactados y sin nutrientes, la raíz simplemente no crece, creándose un efecto “bonsai”.
El cambio climático y la escasez hídrica siguen empeorando, y debemos adaptarnos para así poder reforestar Chile utilizando el mínimo de nuestros recursos monetarios e hídricos.
Pablo A. Garcia Chevesich, Ph. D.
Ingeniero Forestal e Hidrólogo
Programa Hidrológico Internacional de Unesco