Señor Director:
En 1933, Adolf Hitler daría lo que fue su primera entrevista a un periodista francés desde que asume como canciller en enero de ese año, Fernand de Brinon, entrevista que sería publicada en el diario francés “Le matin”. Acá, este expresa su intención de mantener relaciones pacíficas con Francia, país que había desdeñado por tener gente de raza impura. El periodista extrañado le consulta sobre su posición real, pues su icónico libro “Mein kampf” expresa una perspectiva disidente con sus palabras. Hitler menciona que ha cambiado su enfoque pues ha madurado. Pero en realidad, todos sabemos que pasó con la historia después, y como terminó su artimaña publicitaria de la paz para las naciones.
Hoy estamos inmersos en una situación política compleja, y muchos de nuestros representantes han alzado la voz, diciendo que buscan la paz y lo mejor para el país. Tengo un legítimo temor de que esto sea similar a lo sucedido con Hitler hace casi 100 años, y que en realidad las intenciones de paz sólo sean palabras. Tengo inseguridad por la mezquindad política que han manifestado varios, atentando contra la sana convivencia y la unidad, buscando intereses propios, y generando conflictos por actos de altruismo o simple educación cívica que puedan manifestar sus compañeros de partido, pretendiendo manejar a sus anchas el comportamiento de otros según su estándar y pensamiento.
Señores, hombres y mujeres que participan en política: por favor, dejen de lado sus egos, olviden sus rencillas personales, y siéntense a conversar y a construir país, es lo mínimo que esperamos los ciudadanos que aún creemos en la democracia y la sana convivencia cívica. Aboguen por una paz real, no una paz ficta, pues hoy nuestro país, más que nunca, requiere de buenas intenciones y actos loables por parte de quienes nos dirigen.
Camila González Vera