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En la sima política

Por: Luis R. Oro Tapia


Señor Director:

 Los avatares de la política chilena de las últimas semanas incitan a formularse algunas preguntas (de difícil respuesta) del siguiente tenor:

¿Por qué el debate político (si es que puede llamársele así a los pullazos y descalificaciones recíprocas) llega a un punto tan deplorable precisamente en un momento en el cual el país tiene como nunca antes, en términos porcentuales, un alto número de personas que tienen estudios universitarios, en el que el acceso a los medios de información es casi universal en su población y en un momento en el que la industria del paper es boyante?

¿Cómo llegamos a esta sima (con ese) política y cultural? Como se sabe, a la ramplonería política le antecede la tosquedad de ideas. Asimismo, conviene recordar que en democracia no hay malos políticos, sólo hay malos electores. Dicho de otro modo: lo que hay arriba es un espejo de lo que hay abajo.

 ¿En qué momento las elites dejaron de ser elites? Y lo más insólito es que lo que va quedando de las elites se deja pastorear por el rebaño (que no es una categoría socioeconómica; es una categoría cultural y mental) que las remolca como quien tira una mula del cabresto y ellas candorosamente se dejan halar. Quizás, por eso, la marea de la insensatez avanza, día a día, sin que nada le oponga resistencia.

Luis R. Oro Tapia

Politólogo

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