Publicidad
Emma Castelnuovo y la Universidad Clandestina de Roma Opinión

Emma Castelnuovo y la Universidad Clandestina de Roma

Publicidad
Ricardo Castro
Por : Ricardo Castro Coordinador Docente del Departamento de Matemática de UTEM
Ver Más


Hace veinte años, en diciembre del 2000, Emma Castelnuovo escribió un artículo de memoria histórica sobre la Universidad Clandestina que funcionó en Roma durante el régimen fascista en Italia. Lo escribe a los 87 años de edad con lucidez y emotividad.

Si bien, a casi 80 años de ocurrido los hechos, estos pueden parecer lejanos y ajenos, recordarlos tiene gran importancia como testimonio que aún en condiciones tan adversas, siempre es posible y correcto luchar por lo justo, aunque en ese empeño se juegue la vida.

Poco conocía de los matemáticos italianos cuando partí a Italia a realizar mi doctorado. Aterricé en Génova, pero como dice el dicho todos los caminos llevan a Roma, terminé estudiando en la Universidad La Sapienza de esa ciudad. Fue ahí, que un día encontré el artículo sobre la Universidad Clandestina, me impactó fuertemente las vivencias de los profesores y estudiantes durante los duros años de vigencia de las leyes raciales.

Los profesores de las universidades italianas que se negaron a realizar el juramento de lealtad al régimen fascista fueron expulsados junto con todos los profesores hebreos, y a los jóvenes judíos se les prohibió el ingreso a la universidad. En ese estado de cosas, fue el matemático Guido Castelnuovo, padre de Emma, quien organizó en forma clandestina cursos de nivel universitario para los jóvenes excluidos con la esperanza que, terminada las leyes raciales, estos pudieran ser reconocidos.

Guido Castelnuovo, era en aquel tiempo uno de los matemáticos más prestigioso de Europa y considerado una autoridad académica. Que fuera él quien estuviera a cargo de esta Universidad Clandestina daba viabilidad a la esperanza de un posterior reconocimiento de los estudios. Castelnuovo logró organizar durante dos años académicos (1941-42 y 1942-43) estos cursos con la participación de académicos judíos que habían sido marginados de las universidades y otros, que sin ser judíos, solidarizaron con esta causa a pesar del inminente riesgo que esto significaba.

Emma Castelnuovo, que poco tiempo antes se había titulado de licenciada en matemática y, que también, perdió su trabajo de profesora de la escuela pública por su origen judío, formaba parte de la escuela secundaria hebraica que funcionaba en el mismo lugar que la Universidad Clandestina, fue, por lo tanto, testigo presencial de la empresa de su padre y conoció directamente a los estudiantes, quienes habían sido sus alumnos en los años anteriores.

Terminada la guerra, los estudiantes de la Universidad Clandestina fueron admitidos en la Universidad Real de Roma (actual Universidad la Sapienza) y los estudios realizados fueron convalidados. Un final feliz para un empresa heroica. Pocos años después, en 1952, Guido Castelnuovo fallece a los 86 años. Como reconocimiento a su legado matemático y a su testimonio de vida, el Departamento de Matemática de la Universidad de Roma, La Sapienza, hoy lleva su nombre.

Emma Castelnuovo, se dedicó en cuerpo y alma a la enseñanza secundaria, transformándose en un referente mundial de la didáctica de las matemáticas. Sus aportes en este campo han sido ampliamente reconocidos, especialmente en el ámbito de la enseñanza de la geometría.

La Unión Matemática Italiana publicó en su Boletín de abril del 2001 el artículo sobre la Universidad Clandestina. Quise hacer la traducción al español de este documento histórico como un homenaje a la valentía de aquellos hombres y mujeres que en tiempos tan oscuros mantuvieron encendida la luz de la enseñanza y muy especialmente como homenaje a Emma Castelnuovo, a su compromiso con la educación y la vida.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias