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2022, ¿qué nos espera? Opinión

2022, ¿qué nos espera?

Jorge Pinto Rodríguez
Por : Jorge Pinto Rodríguez Premio nacional de Historia año 2012 y actual director del Instituto de estudios avanzados para el diálogo de saberes Ta Iñ Pewam de la Universidad Católica de Temuco.
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Desde hace dos años estamos a la espera de que los tiempos mejoren. En medio de la pandemia, que tantos estragos ha provocado, es lamentable que numerosos países sigan atrapados por conflictos externos e internos que los obliga a invertir cuantiosos recursos en la industria bélica. La humanidad sigue empeñada en una autodestrucción que recuerda el ensayo de Arnold Toynbee “La civilización puesta a prueba”. A pesar de su eurocentrismo y de la fuerte crítica que recibió su interpretación de la Historia, en ese breve ensayo, escrito hace más de 70 años, plantea una idea que nos invita a la reflexión. Nos hemos elevado, escribe este historiador, en sentimientos humanitarios dignos de valor, sobre todo por el respeto a los derechos humanos; sin embargo, nos hemos hundido hasta profundidades inauditas en guerras de clases, nacionalismo y racimos, que según otros estudiosos han hecho del siglo XX el más destructivo de la historia. La extrema posibilidad de catástrofe, agrega Toynbee, es que logremos el exterminio de la humanidad. 

En el plano nacional, el triunfo de Gabriel Boric alentó grandes esperanzas. Frente a un gobierno y políticos enteramente desprestigiados, había llegado el tiempo para que una nueva generación mejorara las condiciones de vida de quienes vivimos en esta parte del planeta, proponiendo reformas que dejarán atrás los tiempos de injusticias, engaños, corrupción y delincuencia.

El rol de la Convención Constituyente confirmaba estas esperanzas. Así mismo, las primeras declaraciones de Kast hicieron presumir que íbamos por buen camino. Sin embargo, los intentos por descalificar el trabajo de la Convención y la insistencia de los sectores más conservadores en mantener el miedo por temor al comunismo, despierta dudas. A esos sectores les recomendaría escuchar, aunque les duela, al cura Oscar Zamora de Valparaíso.

En un contexto más local, desde donde escribimos esta columna, el Wallmapu, las cosas tampoco se ven mejores. El primer día de circulación de este año El Diario Austral de Temuco publicó en su primera página una noticia preocupante: el 60% de los incendios forestales de la región son provocados por delincuentes vinculados al robo de madera, narcotráfico y por grupos que despliegan lienzos a favor de la causa mapuche. Ese mismo día, la Multigremial reconocía que el 2021 fue el más violento de los últimos 20 años. Otras noticias alertaban del ataque a brigadistas que combatían el fuego y de pérdidas de 41 mil millones de pesos por estos siniestros. En suma, un panorama que demostraba que la militarización de la zona estaba lejos de llevar tranquilidad. Una vez más cobraba fuerza una solución que el Obispo Héctor Vargas predica como en el desierto: el diálogo como “un poema al universalismo y fraternidad entre los pueblos y culturas”. 

Días más tarde, el mismo Diario alertaba del aumento de los contagios del COVID 19, señalando que habíamos alcanzado su nivel más alto en varias semanas. Sus distintas variantes lo han transformado en un dramático cuento de nunca acabar.

La economía tampoco da señales de una cabal recuperación. El comercio internacional sigue enfrentando dificultades por la interrupción de los procesos productivos en todo el mundo. El cambio climático tampoco ayuda mucho. En fin, un panorama no muy promisorio. ¿Qué nos espera entonces este 2022? De una sola cosa estoy seguro: la validez del mensaje de TVPERU: ¡NO BAJAR LA GUARDIA!, a lo que debemos sumar la responsabilidad para enfrentar los desafíos del tiempo que nos ha tocado vivir, confiando en la cordura y buen criterio de quienes nos gobernarán.  Para el Wallmapu, la disposición del futuro gobierno de dialogar con todos los sectores de la sociedad regional, incluyendo a la CAM, es la mejor señal en estos últimos días. Esperamos que no nos defraude, como señaló Pedro Cayuqueo, evocando a Venancio Coñuepán, que exigía, en 1952, desterrar, para siempre las incomprensiones que sufría el pueblo mapuche.

  • Jorge Pinto Rodríguez, Instituto Ta Iñ Pewam, Universidad Católica de Temuco
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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