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Integración regional: ¿lo haremos con la industria agroalimentaria y el litio? Opinión

Integración regional: ¿lo haremos con la industria agroalimentaria y el litio?

Eduardo A. Santos Fuenzalida
Por : Eduardo A. Santos Fuenzalida Experto internacional en asuntos de comercio
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No basta con declarar que Latinoamérica es nuestro barrio, o que nos “hundiremos” si no estamos todos unidos. Esta es la oportunidad de mostrar el mismo coraje y fortaleza que tuvieron seis naciones europeas cuando en 1951, se unieron en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que dio paso luego a la Comunidad Económica y -hoy- a una Unión de veintisiete miembros. 


No es fácil seguirle la pista al Programa de Gobierno en temas de relaciones económicas internacionales y de comercio. Hay señales e indicaciones diversas y -algunas- parecen ser contradictorias, incluso luego del cambio de gabinete de marzo. Intentaremos juntar las piezas del puzzle, pues al parecer, no es pública  -o no existe- una propuesta concreta y detallada de la dirección en que el Gobierno intenta avanzar. Junto a notas de prensa, existen algunos breves comunicados de la Cancillería informando sobre declaraciones y encuentros del Canciller. También está la presentación de la Subsecretaria Sanhueza, en su reunión con representantes de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputad@s, en abril; el breve documento de la Cancillería sobre la Política Exterior Feminista y, por cierto, el reciente anuncio de la Estrategia Nacional del Litio. Yo -al menos- no he podido llegar a ningún documento que consolide éstas y otras intervenciones en una dirección clara y entendible por toda la ciudadanía. Al momento de escribir esta columna, no he recibido respuesta a la solicitud presentada a través del Portal de Transparencia.   

Luego de revisar estas diversas fuentes, sin embargo, me pareció que hay algunas temáticas o “ejes prioritarios” de trabajo -como se los ha denominado- que se repiten. Creo que podremos centrarnos en estos “ejes” para entender la dirección que nos proponen: “… fortalecimiento de la integración regional y acciones que promuevan el multilateralismo, la Política Exterior Feminista, medio ambiente y la promoción y defensa de los derechos humanos”. Según Prensa de MINREL, estos son los “ejes” que mencionó el Canciller en su presentación ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. No difieren mucho de lo que expuso -según lo informado por la prensa (Ex–Ante, 18 de marzo)- en el Conversatorio sostenido en la London School of Economics (LSE) en marzo pasado, y lo dicho por la Subsecretaria Sanhueza ante la Comisión correspondiente de la Cámara de Diputad@s en abril. Sin embargo, a partir de aquí es donde los “ejes” empiezan a diluirse, perder claridad y las prioridades se desvanecen.

Ya he comentado algunos de estos “ejes” en el pasado, pero creo que no pueden dejar de mencionarse nuevamente, pues el discurso se repite con frecuencia. Con regularidad, se destaca la defensa de los derechos humanos como uno de los “ejes” centrales de la política exterior, pero parece que pierde prioridad y solo es “reflotado” cuando “nos aprieta el zapato”, o la mirada de la prensa internacional se centra en Chile, y tiende a desaparecer cuando intervienen los negocios. Sin ser un experto en China, me parece que nuestro principal socio comercial está distante de nuestros “estandartes de lucha” por una política exterior feminista, respeto al medio ambiente y la promoción y defensa de los derechos humanos. No creo que sea necesario entrar en detalles en esta ocasión, pero basta con recordar el Informe Bachelet de la ONU sobre derechos humanos, y que hemos “hecho mutis por el foro” a ese respecto. Es necesario recordar, también, que está pendiente la invitación de Xi Jinping para que el presidente Boric visite China. Espero que no lo haga, pues enviaría una señal equivocada -excepto a los grandes negocios- acerca de las prioridades y de dónde nos posicionamos en el “reacomodo” geopolítico y económico en gestación, priorizando a Asia por sobre Latinoamérica. A nuestra política de relaciones económicas internacionales le “incomoda” el tema de los derechos humanos y evade regularmente esta discusión.

Otro tema de preocupación es la integración regional latinoamericana. El Canciller lo destaca y aterriza, pero parece no tener la misma prioridad ni motivar el interés en otros ámbitos de la actual Administración, incluyendo en la misma Cancillería, a pesar de los cambios en las “jefaturas” y definiciones que realizó el ministro van Klaveren durante el conversatorio con la audiencia de la LSE. Aquí habría señalado que la posición de Chile es: “… buscar aquellas áreas de convergencia en donde tenemos intereses comunes. Y a partir de esos intereses comunes seguir construyendo una integración que vaya avanzando”. Creo útil traer a colación ahora, el desglose y detalle del trabajo que fue destacado en la presentación de la Subsecretaria Sanhueza (SUBREI) en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, y que se propone realizar durante esta administración. Esta parece ser la única referencia concreta disponible.

La Subsecretaria enunció los Principios de la Política Exterior de Chile como: (1) Respeto al Derecho Internacional; (2) La Defensa y Proyección de los Derechos Humanos y apoyo a la democracia; y (3) La Responsabilidad de Cooperar a Nivel internacional. Entiendo que estos Principios enmarcan el trabajo de la SUBREI. Luego, la Subsecretaria menciona los Ejes Prioritarios del Programa de Gobierno, a saber, Política Exterior Feminista, Política Exterior Turquesa, Multilateralismo, y para concluir -una vez más- los Derechos Humanos. A continuación, la presentación propone los Énfasis Prioritarios de la SUBREI, describiendo esta sección como “… De una política de comercio internacional a una política de relaciones económicas internacionales”, sección que incluye: (1) Género y comercio; (2) Comercio inclusivo (pymes y pueblos originarios); (3) Medio ambiente y desarrollo sostenible; (4) Integración regional (aunque no se agota ahí) (¿?); y (5) Promoción de la incorporación de valor agregado para el desarrollo. La “integración regional” es sólo mencionada acá y figura tangencialmente en la agenda de trabajo que sigue.

La “agenda de trabajo del período” menciona tres áreas con diversos subtítulos y acápites, pero “elude” tratar la Integración Regional Latinoamericana. Más bien, lo que describe, parece apuntar en la dirección opuesta. La gran mayoría de las actividades y temas propuestos nos alejan de un proyecto de Integración Regional Latinoamericano. En materia de “Implementación y difusión de acuerdos vigentes, y participación en instancias multilaterales” se indica, entre otros temas, la “Creación de la División de Acuerdos Mega – Regionales para la implementación del CPTPP / TPP11” y el “Acuerdo de Asociación de Economía Digital junto a Nueva Zelanda y Singapur (DEPA)”, así como la “participación en instancias multi y plurilaterales, como la OMC, APEC, OCDE, ITAG (Inclusive Trade Action Group), GTAGA (Arreglo Global de Género y Comercio), pero no menciona ni en “minúsculas” a la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración). Mala señal. A su vez, en el área de “Administrar, modernizar y profundizar acuerdos” se mencionan sólo el Acuerdo de Asociación con la U E, y el Acuerdo con EFTA, y la necesidad de profundizar el Acuerdo de Alcance Parcial con India. La “guinda de la torta” es la propuesta de continuar con la negociación del “Comprehensive Economic Partnership Agreement” con los Emiratos Árabes Unidos ¿Integración con los países del Golfo? Con esta Agenda de Trabajo, creo difícil que en la SUBREI estén pensando en una propuesta para promover la Integración Regional Latinoamericana. “Erramos el foco” una vez más.

Irónicamente, varios de los objetivos del Programa de Gobierno, así como los “Ejes” y “Énfasis” Prioritarios de trabajo mencionados arriba, podrían ser impulsados con mayor facilidad y en mayor profundidad, en el marco de un Proyecto de Integración Regional Latinoamericano. Y eso lo saben -o deberían saberlo- muy bien en la SUBREI ¿Para qué crear una División de Acuerdos Mega – Regionales para el CPTPP / TPP11 y DEPA? Una “cortina de humo”. Ya lo he señalado en ocasiones anteriores: el CPTPP / TPP11 es una “prioridad” que nos distrae y aleja de América Latina. ¿Por qué no una nueva División de Recursos Naturales, Agricultura y Alimentos? Ésta es un área que ha estado -literalmente- en la “trastienda” de la DIRECON/SUBREI y del grueso de las negociaciones de los TLC(s), a pesar de ser un sector clave de nuestra economía y del sector externo. La nueva división que sugiero, nos permitiría proponer y liderar un proyecto de cooperación regional en esas áreas, puesto que estamos a pasos de llegar a un mercado regional agroalimentario libre de barreras, que -más adelante- pueda ser la base para impulsar un proyecto de integración económica regional. La coordinación y cooperación regional permitiría negociar y avanzar también, en el cumplimiento de los objetivos del comercio inclusivo (pymes y pueblos originarios) y respetuoso de las diversidades de género, comercio que proteja nuestros recursos naturales y el medioambiente (desarrollo sostenible) y que lleve a la incorporación de valor en nuestras exportaciones. Necesidades regionales muy sentidas, que no alcanzaremos a solas, como se ha intentado hasta ahora. En un sistema económico y político global que se “reacomoda”, será más necesaria que nunca la cooperación regional. Pero en nuestro barrio, no en Asia.

Por todo lo anterior, he dejado para una mención especial otro de los “tema” de la “agenda de trabajo” propuesta por la Subsecretaria Sanhueza: “Cooperación en materia de litio”, pues creo que éste ofrece una oportunidad única para avanzar en los temas de integración. Pero creo que se necesitará más coraje, determinación e imaginación que los mostrados hasta ahora, en materia de propuestas de cooperación regional económica. No basta con declarar que Latinoamérica es nuestro barrio, o que nos “hundiremos” si no estamos todos unidos. Esta es la oportunidad de mostrar el mismo coraje y fortaleza que tuvieron seis naciones europeas cuando en 1951, se unieron en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que dio paso luego a la Comunidad Económica y -hoy- a una Unión de veintisiete miembros.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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