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Aero Continente: testigo traído por Zevallos lo inculpa de narcotráfico

El último capítulo de esta historia se desarrolló el pasado 18 de marzo en dependencias del Quinto Juzgado del Crimen de Santiago, cuando el mismo testigo aportado por Zevallos, Purificación Marreros -que supuestamente inculparía a los abogados del CDE-, relató las verdaderas intenciones de "Lunarejo" en el cuaderno secreto que abrió el magistrado. Conozca los detalles.


Un inesperado vuelco tuvo la estrategia que preparó el dueño de Aero Continente, Fernando Zevallos, alias «lunarejo», para tratar de responsabilizar a los abogados del Consejo de Defensa del Estado (CDE) de haber «comprado» a testigos para inculparlo de narcotraficante.



El último capítulo de esta historia se desarrolló el pasado 18 de marzo en dependencias del Quinto Juzgado del Crimen de Santiago, cuando el mismo testigo aportado por Zevallos, Purificación Marreros -que supuestamente inculparía a los abogados del CDE-, relató las verdaderas intenciones de "Lunarejo" en el cuaderno secreto que abrió el magistrado, cuyo contenido y detalles de la diligencia revela en exclusiva El Mostrador.cl.



La información fue obtenida por este diario en fuentes de la policía peruana y abogados de ese país.



Los hechos del 18 de marzo comienzan con la presentación de un escrito de parte de uno de los abogados del estudio de Julio Disi, representante del dueño de la aerolínea ante el magistrado, pidiendo que se interrogue a Purificación Marreros al tenor de la denuncia hecha por la dueña de Aero Continente, Lupe Zevallos, acusando al testigo de haber sido «comprado» con 10 mil dólares por el CDE chileno y agentes de la DEA.



El ministro en visita, Víctor Montiglio accedió a la diligencia, toda vez que existía una denuncia contra los abogados del CDE y decidió tenerlos a todos para interrogarlos y carearlos en su oficina.



Montiglio comenzó el interrogatorio primero con Marreros durante tres horas, desde las 15.00 hasta las 18, para luego continuar con los careos con el abogado del CDE, Hernán Peñafiel, quien supuestamente le habría pagado los dólares. Luego continuó con otro careo con la abogada María Teresa Muñoz, quien ostenta el cargo de jefa del Departamento de Tráfico y Lavado de Dinero del CDE.



Sin embargo, de acuerdo a las fuentes de la policía peruana, el magistrado no se convenció de los hechos y tras terminar los careos, nuevamente arremetió contra Marreros diciéndole que no creía en su versión, pues tenía variadas contradicciones.



El magistrado, de pronto molesto con las afirmaciones -a esa altura abiertamente confusas del testigo- mandó llamar a los gendarmes -comentaron fuentes del tribunal- para dejarlo detenido, situación que le comunicó verbalmente a Marreros. Este último, al verse sorprendido por el juez y ante la inminencia de la detención, decidió contar la verdad de su viaje a Chile que también tiene otra particularidad. Marreros, abrumado por la chance de quedar preso en Chile, decidió dar una nueva versión.



De acuerdo a las fuentes peruanas consultadas por este diario, Marreros confirmó ante el magistrado que las relaciones de Zevallos con el narcotráfico en los 80 y que el CDE no le hizo aprenderse ningún cuestionario, que no le pagaron y que declaró de motu proprio ante el ministro Montiglio.



Pero no fue todo. También relató, cómo fue la operatoria en Perú para montar su falsa declaración en Chile, donde participaron tanto Zevallos como su abogada personal, Elizabeth López. "De hecho, ella corrió con mis gastos", le dijo a la policía peruana.



Al mismo tiempo, dijo temer por la seguridad de su familia y que Zevallos la tenía amenazada.



Hasta este punto nadie podía creer el cambio de versión de Marreros, quizás, ni el propio Montiglio.



Marreros, hay que recordar, salió del tribunal y arrancó de la prensa, hasta que de pronto se detuvo en la calle y señaló que había inculpado a los abogados del CDE. Lo que no sabían los periodistas de varios medios que se hallaban en el tribunal convocados por Aero Continente para esta diligencia era que Marreros, había girado sus palabras.



La bienvenida del "Don"



Marreros viajó a Lima, Perú, por vía Aero Continente. En el aeropuerto era esperado por Fernando Zevallos y su guardaespaldas, quien le ayudó, de hecho, a llevar la maleta hasta el Mercedes de "Lunajero".



El automóvil se dirigió hasta un lujoso hotel del sector de Miraflores en Lima, donde Marreros debía quedarse hasta que Zevallos viniera en su búsqueda unas horas más tarde, relataron las fuentes consultadas.



Una vez que Zevallos se fue, llegó hasta el lugar un grupo de policías del Grupo Especial de la Dirección Antidrogas (GEDA) de la policía y detuvo a Marreros. Este último fue llevado a un cuartel, donde es interrogado respecto de qué declaró ante Montiglio. En ese momento Marreros contó lo mismo que le dijo al magistrado en el cuaderno secreto. Pero en ese instante del interrogatorio sonó el celular de Marreros. Era Zevallos que le pedía se juntaran a las 17 horas en el hotel.



La policía entonces dejó a Marreros en el lugar convenido y a las 21 horas Zevallos llegó nuevamente.



De acuerdo al testimonio del testigo, Zevallos debía pasarle una alta suma de dinero, aunque dicha información no pudo ser confirmada.



El fracaso de la estrategia que realizó Zevallos no es nuevo, de hecho ya tuvo un problema similar con la Fiscalía peruana, cuando trató de simular un soborno de otros de los testigos que lo acusarion en Chile.



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