A pesar del importante rol que ha desempeñado en esta última crisis partidaria, el senador Romero no tiene todas las cartas del juego en sus manos. Por ejemplo, en una comida realizada el martes -y que todos se esfuerzan en negar- no pudo convencer a sus seguidores de no asistir al importante encuentro con el fin de deslegitimar la instancia.
Conocido el fallo del Tribunal Supremo de Renovación Nacional, que lejos de apaciguar el conflicto interno contribuyó a profundizarlo debido a las interpretaciones contrapuestas que de él se han hecho, ambos bandos se preparan a enfrentar el Consejo General. No obstante, en este plano han surgido desacuerdos entre los propios disidentes, ya que Sergio Romero no ha logrado alinear a su lote en torno a la idea de no asistir a tan importante cita.
Aunque los rebeldes se han manejado con un desacostumbrado hermetismo en torno a la reunión efectuada el martes en la noche en el restaurante San Marcos, en Viña del Mar, trascendió que en la ocasión el senador de la Quinta Región Cordillera intentó convencer a quienes asistieron -11 personas incluido el propio senador y su par Baldo Prokurica- de restarse del crucial Consejo General.
Si bien los menos concuerdan con su postura, la mayoría de los disidentes estiman que es necesario concurrir al encuentro para plantear allí sus respectivos argumentos. Lo que deja de manifiesto una fisura entre ellos producida, entre otras cosas, porque los motivos para aliarse son diversos.
Algunos basan su actitud en razones personales que históricamente los separan del presidente del partido Sebastián Piñera; otros, en cambio, defienden el sistema binominal, respondiendo al temor que les generan las supuestas amenazas que habría hecho la UDI en torno a que arrasarían con los candidatos de RN en una competencia abierta, si se modifica el sistema electoral.
Y unos, los menos, por un tema de convicción personal o por su cercanía con el presidenciable de la derecha, Joaquín Lavín, como es el caso del diputado Nicolás Monckeberg, quien ha expresado su intención de asistir al Consejo General para defender con sus propios argumentos el sistema binominal. Sin embargo, ha manifestado su intención de acatar lo que resuelva la instancia.
Ante este panorama, aparentemente, Romero se habría visto forzado a aceptar que no ha generado consenso para provocarle un golpe a la directiva de Piñera ausentándose del Consejo General en bloque. De allí que haya comenzado a preparar su asistencia al encuentro.
En todo caso, el que Romero esté por no asistir al Consejo General -y convertirse en la más llamativa de las ausencias– no es un secreto y algunos parlamentarios atribuyen esta actitud a una eventual estrategia para invalidar la instancia. Pero esta última finalidad pierde sentido si no se suman a él todos los diputados y dirigentes del lote -dicen sus detractores-. Por otra parte, su actitud no sorprende -añaden- si se considera que el parlamentario no parece estar dispuesto a respetar lo que resuelva ninguna instancia del partido.
A pesar que la mayoría de los disidentes estiman que hay que participar del Consejo General -que se efectuará el próximo sábado en el ex Congreso-, coinciden con Romero en que la directiva debe dar garantías que la reunión no se transformará en un juicio político para los rebeldes.
La directiva abocada a la organización
Mientras las reuniones de los disidentes se suceden una tras otra para decidir si asisten o no al Consejo General, cosa que está casi zanjada puesto que la mayoría está por concurrir, la mesa directiva está abocada a organizar el evento. Lo que también hacen los rebeldes, que entre otras cosas quieren llegar al encuentro con las cosas bien claras. Por lo que se están poniendo de acuerdo en torno a las intervenciones, quiénes y cómo las harán.
Por su parte, la dirección general está en conocimiento de los planteamientos de los disidentes en torno a que esperan que se les dé garantías de que la reunión no se transformará en un "linchamiento". En este sentido, la directiva está consciente de que tiene «un rol que cumplir» y aseguran que la intención de la mesa es que se realice un debate serio.
De allí que, considerando que el salón en que se efectuará el debate tiene capacidad sólo para 380 consejeros -aunque nunca asisten el total de 480-, nadie que no lo sea podrá ingresar, a fin de ordenar la discusión. No obstante, los "invitados" sí podrán ubicarse en las tribunas.
Para ello, la mesa envió un instructivo a los presidentes regionales con el objeto que reduzcan al máximo el número de invitados. Los dirigentes deben enviar una lista antes del medio día de hoy, para evitar que las tribunas se ‘desborden’, aunque la medida tiene toda la apariencia de ser una precaución para evitar que los bandos en pugna lleven sus respectivas «barras bravas». En este contexto, Romero ya avisó que tiene invitados, lo que no precisó aún es el número, que según fuentes del sector del parlamentario es bastante considerable, pues si va quiere estar bien respaldado.
En tanto, algo que la mesa no ha ocultado es que en el Consejo General se la va jugar porque los asistentes apoyen a la directiva en la fórmula de los senadores nacionales, para comenzar a negociar a partir de allí.
Consejo Regional Metropolitano
Luego de poco más de tres horas de debate, el Consejo Rregional Metropolitano de RN, encabezado por Monica Risopatrón, acordó en su sesión de anoche darse a la tarea de aunar en un sólo voto político los tres que presentaron igual número de distritos a la directiva.
La mesa del regional, más Pedro Sabat, fusionarán las ideas principales de las tres propuestas en una que esta instancia presentará al consejo general de este sábado. Los documentos coinciden en un apoyo irrestricto a la directiva nacional que encabeza Sebastian Piñera y a las reformas constitucionales planteadas por ella. Otro de los documentos señala que a los disidentes no se les debería permitir ser reelectos candidatos en los próximas parlamentarias.
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