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El escepticismo de la UDI frente a las penurias de RN

Fuera de las palabras de buena crianza, el gremialismo ha evitado pronunciarse sobre los efectos del Consejo General de sus aliados. Pero lo cierto es que no están muy convencidos de que haya cambios de fondo en las relaciones del pacto. En tanto, Sergio Romero atribuye a una ‘resaca’ por un ‘proyecto abortado’ la posición ultrista adoptada por Pía Guzmán y José Antonio Galilea.


Parece un cliché decir que en los «últimos dos años la Alianza por Chile parece haber pasado por sus peores momentos». Sin embargo, el pacto de derecha nunca ha tenido muy buenas relaciones, cuestión que la UDI atribuye a que RN no es "confiable". Siendo así, en el gremialismo se conforman con intentar "navegar" en un mismo sentido sin forzar demasiado las cosas. De allí que la UDI considere, con una buena dosis de desconfianza, que la etapa post consejo general que supuestamente le dará estabilidad a RN, será sólo "aparente".



Motivos para ello no faltan, explican dirigentes de la UDI a <El Mostrador.cl. El acuerdo que RN logró consensuar con fórceps, durante la extensa jornada del 12 de julio pasado, en verdad no dejó "contentos" a todos, como se esmeran en asegurar la directiva del partido y los disidentes, quienes sí tienen razones para estar satisfechos.



En la UDI estiman que aún es necesario esperar que se decanten los últimos sucesos antes de confirmar que el acuerdo a que se llegó, efectivamente, se traducirá en el Congreso a la hora de votar. Sólo así se podrá comprobar -estiman algunos gremialistas, siempre en el contexto de que las modificaciones al binominal serán rechazadas- que RN está cumpliendo sus compromisos. O, por el contrario, que "se produzca allí una nueva disidencia".



Por otra parte, aunque tras el Consejo la UDI valoró sus resultados, el gremialismo ha intentado mantenerse al margen de lo que ocurre en el partido aliado. Tras las primeras declaraciones de algunos dirigentes, la tienda de Longueira ha optado por un extraño y hermético silencio. Incluso pese a que el argumento para suspender temporalmente las relaciones con RN fue darle espacio para solucionar sus conflictos internos, aún no se deciden a reanudar los contactos. Tal vez justamente porque, a los ojos de la UDI, todavía no parece que la crisis esté superada.



Todo parece indicar que la UDI le está dando largas a retomar las negociaciones municipales con sus socios, las que hasta el momento en que los encuentros fueron suspendidos "transitoriamente" no habían avanzado. Un argumento esgrimido para ello es que conversar con RN es difícil, porque ambos partidos son intrínsecamente distintos.



Ejemplo claro de ello, argumenta un dirigente gremialista, es la forma -que quedó de manifiesto- de expresar las diferencias internas. Aunque es natural que las haya -agrega- no lo es difundirlas a través de la prensa. El consejo de la UDI: que "los puntos de disidencia que puedan existir se resuelvan internamente y termine esta refriega pública de posiciones. Si algo tuviera uno que recomendarle a cualquier partido, ni siquiera directamente a Renovación, es que una posición de disidencia no tiene por qué, necesariamente, ventilarse en todos sus detalles públicamente"



El mismo dirigente agrega que "eso le hace muy mal a la convivencia interna de cualquier conglomerado". Cosa que, sin duda, le quedó clara a Renovación Nacional, ya que el tema fue abordado por la directiva y la comisión política, en las que se acordó ser más cuidadosos con lo que se diga a los medios de comunicación.



Romero desestima una nueva disidencia en RN



Mientras tanto, el acuerdo al que se llegó el sábado pasado generó fuertes discrepancias en algunos diputados. Es pública la molestia que frente a él manifestaron la vicepresidenta de la mesa, Pía Guzmán, y José Antonio Galilea, quienes aún no suscriben el mentado documento que -según algunos- ha traído "unidad" a Renovación Nacional. No obstante, persiste la duda en torno a si los compromisos asumidos en él serán respetados en el momento clave.



Por su parte, el senador Sergio Romero -quien asegura no haber sostenido nunca reuniones con todos los diputados disidentes, antes del Consejo General, y que sólo durante el encuentro se dio cuenta que todos estaban en una posición similar a la suya- le restó importancia a la actitud asumida por Guzmán y Galilea, atribuyéndola a "la resaca que provoca un proyecto abortado".



Para Romero los diputados que aún se niegan a firmar el acuerdo, lo hacen porque no deseaban la unidad interna y "porque dentro del proyecto que habían idealizado creyeron que iban a dominar la situación (en el Consejo). Y no fue así".



Añadió que antes de la cita "había un sector que se había hecho a la idea de que iban a tener un partido depurado" y al ver que se logró un consenso "se quedaron un poco taimados", cosa que no deja de "sorprenderme".



En tanto, el parlamentario díscolo está convencido que el ambiente del Consejo General, que habría tomado por sorpresa a la directiva, fue lo que habría permitido el acuerdo. En primera instancia, asegura, fue lo que obligó a la mesa a bajar el duro voto político que expuso a primera hora ante los consejeros, con el fin que le dieran su aprobación.



Asimismo, añadió que el que los disidentes dieran la cara ante el Consejo y expusieran sus argumentos con claridad, hizo que éste "reflexionara". Además, destacó que el discurso del senador José García Ruminot -en el que admitió que los senadores habían acordado extender la gradualidad de la fórmula trinominal hasta el 2013- terminó por darle la razón a los disidentes.



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