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Agente de contrainteligencia estaría tras robo en consulado argentino

La información fue corroborada esta mañana por fuentes militares y por la propia hermana del afectado. El procedimiento está en manos del fiscal de la Duodécima Región, Pedro Corti. La Cancillería chilena se pronunciaría en las próximas horas sobre el extraño hecho.


A un agente de la unidad de contraespionaje de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) pertenece la célula de identidad encontrada por el cónsul argentino en Punta Arenas, José Andrés Basbus, en dependencias de la sede diplomática. Se trata de Luis Alberto Robles Ricus, cuya pertenencia a las FFAA chilenas fue confirmada en exclusiva a El Mostrador por la hermana del uniformado, Graciela Robles, como también por fuentes de inteligencia militar.



Según como se presentan los hechos a primera vista, Robles habría sido el protagonista de un confuso episodio ocurrido el sábado recién pasado, en cual el diplomático descubrió un intento de robo de material confidencial desde la caja fuerte del consulado trasandino.



Hasta ahora, en el edificio de calle Bulnes que alberga a la DINE sólo existe confusión respecto al hecho. A nivel de comentarios se afirma que se habría iniciado una investigación interna, ordenada desde la jefatura de la Quinta División de Ejército, para establecer la veracidad de la denuncia hecha por el embajador de Argentina en Chile, Carlos Enrique Abihaggle, ante la Cancillería de su país.



Fuentes militares aseguraron a este medio que resulta poco verosímil que un agente que hubiera estado encargado de realizar una operación de este tipo portara su identidad real. Las mismas fuentes sospechan que podría tratarse de una operación de inteligencia montada por militares argentinos, para tratar de inculpar al espionaje chileno de estos hechos.



La maniobra, en todo caso, sería demasiado evidente. En Argentina trascendidos no confirmados, en todo caso, apuntan a la tesis contraria: podría tratarse de una conspiración de militares chilenos para inculpar a la inteligencia argentina. Lo cierto es que se trata de una situación confusa que apuntaría a crear un clima político hostil entre ambas naciones.



Fuentes de la embajada de Argentina en Chile manifestaron su sorpresa por los hechos ocurridos en Punta Arenas e indicaron que se trataría "sin duda, de un error de procedimientos de espionaje chileno al ejecutar una operación de este tipo donde, por azar, fueron descubiertos".



La canciller Soledad Alvear dijo que se están recopilando todos los antecedentes a través del subsecretario de la cartera, Cristián Barros, y que durante el día se emitirá un comunicado al respecto.



Alvear declinó entregar una opinión sobre la materia, pero explicó que Barros está en coordinación con la Cancillería argentina para aclarar los hechos. Este medio trató de obtener una versión de este tema del fiscal regional Pedro Corti, pero no se obtuvo una respuesta.



Los hechos



El embajador de la República Argentina en Chile, Carlos Enrique Abihaggle, denunció ayer, mediante una carta enviada a la Cancillería de su país, que el consulado argentino en la ciudad chilena de Punta Arenas fue forzado y sus carpetas confidenciales fueron fotocopiadas por un desconocido, en un presunto caso de espionaje.



Así lo informó anoche la página web del diario Clarín de Buenos Aires, citando una noticia publicada por la agencia trasandina D y N.



En la carta el diplomático señala que, a las 9 del sábado pasado, el cónsul adjunto de Punta Arenas, José Andrés Basbus, «al ingresar a la sede de esa repartición, ubicada en la Calle Serrano 684, se encontró con una persona desconocida en actitud sospechosa».



«Luego de un forcejeo, dicho funcionario no pudo evitar que dicha persona se diera a la fuga, quien previamente logró llevarse algo que parecía una chequera», informa Abihaggle en su misiva.



El embajador relata también que «al hacer una inspección del edificio, se comprobó que la caja fuerte se encontraba abierta y que documentos confidenciales ubicados en una carpeta habían sido fotocopiados y se encontraban ordenados y engrampados para ser retirados del lugar».



Asimismo, Abihaggle comenta que Basbus, «encontró una filmadora dentro de la cual había un cassette (…) con una filmación de las dependencias del Consulado y de las áreas de seguridad del mismo».



El embajador precisa que «se dio intervención a las autoridades policiales y judiciales locales, siendo dirigida la investigación por el Fiscal Regional Pedro Corti».



Abihaggle informó también del hecho al viceministro de Relaciones Exteriores de Chile, Christian Barros, y le manifestó la preocupación del Gobierno argentino por el pronto esclarecimiento del caso y la identificación de los responsables.



En la historia de las relaciones de los servicios de inteligencia de Chile y Argentina, conflictos de este tipo no son una novedad.



En 1986, por ejemplo, fue detenida una red de espionaje chilena que intentaba obtener información sobre la flota de submarinos de Mar del Plata. Los espías chilenos fueron procesados y condenados por la Justicia argentina.



De hecho, Punta Arenas, por ser una zona limítrofe y de libre tránsito entre ambos países, es altamente codiciada para el tráfico de informaciones.



En 1978, durante los meses críticos del cuasi conflicto bélico con Argentina por la soberanía de las islas del Beagle, el espionaje chileno descubrió a un sacerdote espía argentino que desempeñaba sus labores en la misma iglesia donde oficiaba el actual obispo Tomás González.



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