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Adalis Oyarzún: El supremo que crucificó al juez Calvo

El magistrado insistió: »no son saunas, no son saunas», dejando ver el hecho de que en esos lugares había »sexualidad entre hombres», tal como lo señala la resolución.


El pasado viernes 5 de diciembre, cuando los ministros de la Corte Suprema comenzaron a ingresar a la sala de Pleno, uno de ellos tenía claro cuál sería el argumento que expondría ante sus pares para conseguir la más alta sanción contra el ministro Daniel Calvo, luego de que éste reconoció ante la Comisión de Etica del organismo su asistencia a un sauna gay. Su nombre es Adalís Oyarzún, miembro del máximo tribunal, nacido en Puerto Aysén hace 66 años.



Oyarzún, católico, simpatizante de la DC y llegado recién el 2002 al segundo piso del Palacio de Tribunales, fue quien arremetió con la intervención más directa durante el ampliado de ministros. El magistrado insistió en el daño a la imagen del Poder Judicial que produjo el comportamiento de Calvo, como también en la falta de moralidad del ministro y en la necesidad de que con la sanción aplicada por la Corte se mantuviera el «decoro». Todos estos conceptos fueron tomados por la resolución final.



La información fue obtenida entre varios ministros de la Suprema, quienes confidenciaron a El Mostrador.cl la percepción de una dureza inédita en Oyarzún en sus argumentos contra Calvo.



Quizá la intervención de Oyarzún que más llamó la atención fue cuando remarcó: "no son saunas, no son saunas", dejando ver el hecho de que en esos lugares había "sexualidad entre hombres", tal como lo señala la resolución.



El otro ministro



Las postura sostenidas por Adalis Oyarzún son particulares. Ejemplo de ello, su votación a favor por desaforar a Pinochet, cuando era miembro de la Corte de Apelaciones; su firma junto al núcleo más conservador del máximo tribunal de la misiva de «oposición» al proyecto de Ley de Divorcio, al considerar que destruía la familia, y ahora, el liderazgo en la sanción contra el ministro Calvo.



Pero Oyarzún no fue el único que tuvo duros argumentos contra Calvo. Una posición similar adoptó el ministro Jorge Rodríguez Ariztía, quien mantuvo la misma línea del decoro y la moralidad, aunque la dureza de sus argumentos fue menor que la de Oyarazún, comentaron las fuentes.



Uno de los elementos que más llama la atención de la decisión de la Suprema, con respecto a Calvo, es el contenido que obra en el expediente reservado de la Comisión de Etica. Contrario a lo que podría pensarse, sólo existe una declaración y esa es la del ex ministro del caso Spiniak.



El razonamiento de los magistrados es que podría quedar la sensación entre los "judiciales" de que cada vez que una persona, como fue el caso de Calvo, dice toda la verdad sobre un tema en el que está involucrado, siempre será sancionado.



Por ahora Calvo planea su estrategia para enfrentar al Pleno. De hecho, la resolución le dio un plazo de diez días para presentar un informe, una vez que fuera notificado. En todo caso, el sancionado ministro busca ganar tiempo para que la presión baje sobre los supremos con el tema Spiniak y les permita reflexionar.



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